Es fundamental construir alianzas entre movimientos sociales, abrazar la diversidad dentro de la diversidad y cuestionar las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad.
La mezcla de rituales y expresiones culturales dentro del movimiento LGBT+ es un claro reflejo de la diversidad y de la voluntad de construir un futuro más inclusivo y justo para todas las personas. Banderas del arcoíris junto a banderas feministas o antirracistas, música y bailes de diferentes culturas, consignas que combinan demandas LGBT+ con demandas de otros colectivos... todas estas expresiones celebran la riqueza de nuestra diversidad y nos invitan a seguir luchando por un mundo donde quepamos todas, todos y todes.
El movimiento de derechos humanos y el movimiento LGBT+ en Salta comparten un objetivo fundamental: la construcción de una sociedad más justa e igualitaria donde todas las personas, sin importar su orientación sexual, identidad de género o cualquier otra condición, puedan vivir libres de discriminación y violencia. Sin embargo, la lucha por la igualdad se complejiza al reconocer que la discriminación no opera de manera aislada, sino que se entrelaza con otras formas de opresión como el racismo, el clasismo, el sexismo y la discriminación por discapacidad.
Es crucial comprender que dentro del colectivo LGBT+ existe una diversidad de experiencias y realidades que se ven afectadas de manera diferente por estas múltiples formas de discriminación. Una mujer lesbiana y de los pueblos originarios, por ejemplo, enfrenta desafíos y opresiones particulares que no son idénticas a las de un hombre gay blanco de clase media que vive en la ciudad.
Esta realidad nos invita a reconocer la importancia de construir alianzas y solidaridades entre el movimiento LGBT+ y otros movimientos sociales que comparten objetivos comunes. La lucha por los derechos de las mujeres, la lucha contra el racismo, la lucha por los derechos de las personas con discapacidad, entre otras, se entrelazan y se fortalecen mutuamente.
Al abrazar la diversidad dentro de la diversidad, el movimiento de derechos humanos y LGBT+ en Salta se enriquece y se fortalece. Se vuelve más inclusivo y representativo de las múltiples voces y experiencias que conforman nuestra sociedad. Se crea un espacio donde las personas pueden sentirse orgullosas de su identidad y donde sus luchas son reconocidas y valoradas.
Esta visión interseccional nos impulsa a cuestionar y transformar las estructuras de poder que perpetúan la desigualdad y la discriminación. Nos invita a construir un mundo donde todas las personas, sin importar su origen, identidad o condición, puedan gozar plenamente de sus derechos y libertades.
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