viernes, 7 de noviembre de 2025

Un Tejido de resistencia y derecho: el diálogo intersistémico frente a la exclusión transgénero

El diálogo entre el pragmatismo jurídico del Colegio de Abogados y el activismo académico de Tejeríos Desobedientes dibuja una realidad compleja: la legislación avanzada actúa como un faro, mostrando el camino del derecho al libre desarrollo personal, pero la oscuridad de la inercia cultural y la resistencia burocrática institucional actúan como una densa niebla. Para que la población trans pueda navegar el camino hacia sus derechos fundamentales, no basta con encender la luz del derecho, sino que es necesario, como en la construcción de una sólida red de pescar, asegurar que cada nudo—cada institución y cada activista—esté lo suficientemente fuerte y bien anudado para capturar la diversidad de experiencias y la potencia de la resistencia, garantizando que ninguna vida ni lucha se escape del ámbito del apoyo mutuo.

 

Un par de personas sentadas en una mesa

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Este análisis aborda la convergencia discursiva y estratégica entre diferentes esferas institucionales —el activismo, la academia y los organismos del Estado y judiciales—, examinando las proposiciones expuestas en el Conversatorio del Colegio de Abogados de Salta, protagonizado por Victoria Liendro y otros especialistas, en diálogo crítico con las urgencias políticas y experiencias de implementación detalladas en las Jornadas Tejeríos Desobedientes. Es fundamental comprender que la articulación de estos espacios inter-institucionales—como el Colegio de Abogados, la Universidad Nacional de Salta (UNSA), el CONICET, y organizaciones militantes—tiene como objetivo central circularizar un discurso informado sobre derechos que actúe como "frente de cuidado colectivo y contestación política". No obstante, el destino último de estos debates y herramientas legales no es el ámbito académico ni el judicial per se, sino las comunidades debilitadas que enfrentan una exclusión sistemática, y cuyo acceso efectivo a la justicia, la salud y la educación depende de la capacidad de estos diálogos para transformar la inercia y la resistencia institucional.

 

La persistencia de la brecha: de la ley de vanguardia a la marginación estructural

El análisis de los discursos cruzados entre el ámbito jurídico formal (Colegio de Abogados) y el espacio de praxis y resistencia (Tejeríos Desobedientes, la Jornada académica – activista en la Universidad Nacional de Salta) revela un eje central ineludible: La Persistencia de la Brecha entre el Reconocimiento Legal y la Exclusión Estructural. Las leyes argentinas, como la Ley de Identidad de Género (Nº 26.743), son consideradas un avance paradigmático que consagra el derecho al "libre desarrollo personal". Sin embargo, la efectividad de esta normativa se desdibuja ante la exclusión sistémica que, según Victoria Liendro, empuja a la población transgénero a una marginalidad "constituyente". El desafío no es solo la falta de leyes, sino la demora en el cambio de mentalidad y la aplicación deficiente de las existentes.

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I. La Ley existe, pero la expulsión educativa y laboral mantiene la condición de marginalidad histórica

La primera proposición principal sostiene que, a pesar del marco legal avanzado, la población trans sigue siendo expulsada de los sistemas educativos y laborales formales, lo cual perpetúa la violencia estructural y la expectativa de vida reducida. Esta realidad subraya que el progreso legal no se traduce automáticamente en inclusión social.

1.1. El Sistema Educativo como núcleo de la expulsión

Victoria Liendro presenta datos devastadores: nueve de cada diez personas trans no concluyen la escolaridad obligatoria. Esta deserción, que coincide con la exteriorización de la identidad, se establece como el punto de origen que impide el desarrollo de una "cultura del trabajo" formal. Este hallazgo se problematiza al confrontarlo con los esfuerzos institucionales descritos en Tejeríos. Ana Pérez, del Observatorio de Violencia contra las Mujeres, ilustra que, incluso con protocolos específicos como la Resolución 635/21 de Salta, que obliga a las escuelas a garantizar el derecho a la identidad, su implementación choca con la inercia y la falta de capacitación institucional. La garantía de derechos a menudo depende de encontrar "huecos" en los sistemas digitales o de esfuerzos manuales, lo que confirma que el Estado, pese a la normativa, es deficiente como garante del derecho a la educación en la práctica.

1.2. La ausencia de medidas de acción positiva y la consecuencia económica

La exclusión educativa se traduce directamente en la exclusión laboral, resultando en que más del 95% de la población trans haya estado o esté en situación de prostitución. Ante esta realidad, Inés Bocanera señala la imperiosa necesidad de adoptar "medidas de acción positiva" conforme a la Constitución para cerrar la brecha entre la ley y el ejercicio efectivo de derechos. Esta necesidad de intervención estatal se contrapone al rol de las redes comunitarias detallado en Tejeríos. La Red de Promotoras Territoriales en Violencia de Género, por ejemplo, surgió para responder a necesidades urgentes y cubrir los vacíos del Estado. A pesar de su labor esencial en el acompañamiento y contención, el proyecto de ley para el reconocimiento económico de estas promotoras fue archivado en la legislatura. Esto evidencia que el activismo es el que suple la obligación estatal de garantizar un estado de bienestar solidario, mientras las barreras culturales e idiosincrásicas dificultan la aplicación de la ley de cupo laboral trans.

II. La Resistencia institucional burocrática actúa como barrera de derechos y refuerza la patologización

La segunda proposición principal aborda cómo los sistemas de justicia y salud, a través de la burocracia y la interpretación restrictiva, socavan el espíritu despatologizador de la ley, transformando las garantías legales en obstáculos concretos para el "habitar disidente".

2.1. La patologización persistente en los Sistemas Judicial y de Salud

Lisandro Sastre resalta que la Ley de Identidad de Género (26.743) es paradigmática al despatologizar la identidad trans y consagrar el acceso a prestaciones de salud basándose únicamente en el consentimiento informado. Por lo tanto, cualquier exigencia adicional (como certificados psicológicos) es ilegal. Sin embargo, esta garantía legal choca con la práctica judicial descrita por Flavia Garagorri Gutiérrez en Tejeríos Desobedientes. Gutiérrez documentó cómo la resistencia institucional se manifiesta en la solicitud de pericias psicológicas en procesos de cambio de identidad, una práctica que contradice el espíritu de la ley y conlleva el riesgo de patologización. Además, figuras de garantía, como la "abogada del niñe", se convierten en obstáculos burocráticos que cuestionan los procesos de crianza. Este panorama refuerza la crítica de Liendro a los discursos anti-derechos y falaces que buscan cuestionar la responsabilidad estatal en el cuidado de la salud de toda la ciudadanía.

2.2. La urgencia política y la transformación de operadores institucionales

La crítica a la inercia institucional se convierte en un llamado a la acción política. La Decana Marcela Álvarez y Sofía enmarcan el “Tejerío Desobediente” como una apuesta política, urgente y necesaria y como un acto de resistencia vital contra la "crueldad" y los discursos de odio que "ponen en riesgo la vida". Esta urgencia se justifica ante la exposición a la violencia y exclusión que resulta en una expectativa de vida de apenas 35 a 45 años para la población trans. La necesidad de enfrentar esta resistencia exige la capacitación continua de los operadores de justicia, salud y educación. El Conversatorio del Colegio de Abogados se suma a esta lógica al buscar abrir la reflexión y el diálogo en un ámbito institucional clave. La academia, mediante la Vicedirectora Mariana Godoy, legitima este esfuerzo al promover una "dilución de frontera" entre la investigación, el activismo y las políticas públicas, enfocándose en sistematizar y pensar el "habitar disidente". Solo mediante este esfuerzo sostenido de "tejer lazos de cuidado" y "agujerear los consensos patriarcales", y profundizando el debate sobre la criminalización y racialización que afecta a la población trans, se podrá asegurar que la ley deje de ser solo una herramienta escrita para convertirse en un cambio efectivo en la vida de las comunidades.

 

 

jueves, 6 de noviembre de 2025

Asi fue el Conversatorio sobre Derechos Fundamentales de la Población Transgénero en el Colegio de Abogados

 

Colegio de Abogados, jueves 6 de noviembre de 2025

Proposiciones centrales, argumentos y datos expuestos durante la sesión del Instituto de Derecho Constitucional y Federalismo del Colegio de Abogados y Procuradores de Salta, centrada en la "problemática fundamental en torno a los derechos fundamentales de la población transgénero en la provincia de Salta y en el país".

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Desafíos y Avances en los Derechos Fundamentales de la Población Transgénero en Salta.

Interlocutores clave

El conversatorio sobre los derechos fundamentales de la población transgénero, organizado por el Instituto de Derecho Constitucional y Federalismo del Colegio de Abogados y Procuradores de Salta, abordó la problemática central que afecta a las personas trans tanto en la provincia como en el país. El evento reunió a varios interlocutores clave que aportaron distintas perspectivas y análisis durante la sesión.

Sebastián, presidente del Instituto y coordinador del conversatorio, desempeñó el rol de moderador, presentando a los ponentes y leyendo las contribuciones enviadas por participantes en línea. Entre los expositores destacados se encuentra Victoria Liendro, conocida como "Vicky", reconocida referente de la comunidad trans, integrante de la Secretaría de Mujeres, Géneros y Diversidad del Gobierno de Salta y fundadora de la organización "Activando Saber". Vicky aportó datos estadísticos que evidencian la exclusión sistémica que enfrenta la población trans, además de ofrecer un análisis crítico de los discursos anti-derechos presentes en la sociedad.

Lisandro Sastre, abogado especialista en derecho a la salud, brindó el marco jurídico y constitucional pertinente, destacando la Ley de Identidad de Género como un avance paradigmático que reconoce el "libre desarrollo personal" de las personas transgénero. Complementando estas visiones, Inés Bocanera, representante de la Secretaría de Mujeres, Géneros y Diversidad del Gobierno de Salta, señaló la importancia de adoptar "medidas de acción positiva" conforme al artículo 73 de la Constitución, necesarias para cerrar la brecha existente entre la normativa legal y el ejercicio efectivo de los derechos por la población trans.

Por último, Fernando Pequeño, participante que intervino vía online, aportó una reflexión que fue leída por el coordinador, planteando futuras líneas de debate fundamentales, entre ellas la racialización y la criminalización que sufre esta comunidad en la región, aspectos que requieren atención urgente para avanzar en la garantía de derechos y la inclusión plena.

Este conversatorio evidenció la necesidad de un abordaje integral que combine el reconocimiento jurídico, la implementación de medidas afirmativas y la sensibilización social para enfrentar las múltiples barreras que afectan a la población transgénero en Salta y Argentina.

 

 

La Perspectiva de Victoria Liendro: Exclusión Sistémica y la Urgencia de un Cambio Cultural

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Victoria Liendro estructura su argumento sobre la base de que, a pesar de los avances legislativos, la población transgénero enfrenta una exclusión sistemática y estructural que se manifiesta en datos alarmantes y se perpetúa a través de barreras culturales y discursos estigmatizantes. Su proposición central es que la población transgénero vive en un sistema de exclusión constituyente que la empuja a la marginalidad, evidenciado por estadísticas devastadoras en educación, empleo y expectativa de vida. La solución no radica únicamente en las leyes existentes, sino en un cambio profundo de mentalidad y en la implementación de políticas públicas efectivas que contrarresten la discriminación cultural y la desidia estatal.

En cuanto a los argumentos y datos de respaldo, Liendro fundamenta su análisis en datos concretos provenientes de una encuesta realizada en 2016 por el Observatorio de Violencia contra las Mujeres (OVcM) en Salta Capital, donde las propias personas trans actuaron como encuestadoras en un universo de 202 casos. En ese estudio se encontró que, respecto a la expulsión educativa, "nueve de cada diez personas trans no concluyen la escolaridad obligatoria". Esta deserción coincide con el momento de la exteriorización de su identidad de género, lo que plantea un cuestionamiento directo sobre el rol del Estado como garante del derecho a la educación. Otro dato alarmante revela que "más del 95% estuvo o está en situación de prostitución", una cifra que es resultado directo de la exclusión de estos individuos de los ámbitos de la formalidad laboral y educativa. Asimismo, la expectativa de vida para la población trans se sitúa "entre 35 y 45 años", menos de la mitad de la expectativa general en Argentina (80-90 años), reflejando el impacto acumulado de la violencia, la denigración, la exclusión del sistema de salud y la exposición a consumos problemáticos y peligros en la calle.

Respecto a los desafíos de la empleabilidad, aunque existe una ley nacional de cupo laboral trans, su implementación resulta deficiente, especialmente fuera del centro del país. Los obstáculos identificados incluyen barreras culturales e idiosincrasia, con resistencia por parte de empleadores públicos y privados; falta de capacitación, que es consecuencia directa de la expulsión del sistema educativo; y la ausencia de una "cultura del trabajo", ya que la exclusión prolongada ha impedido el desarrollo de trayectorias laborales formales. Liendro destaca que las "nuevas generaciones que vienen a la luz de la Ley de Identidad de Género" tienen mayor probabilidad de integrarse a la formalidad laboral, pero enfatiza que "los cambios de la mentalidad... es lo que más demora".

En su crítica a los discursos anti-derechos, Liendro denuncia activamente las narrativas que buscan deslegitimar los derechos de la comunidad trans. Rechaza la falacia del privilegio que sostiene que "ser trans en la Argentina parece ser que es un privilegio" o que existen "leyes que las benefician". Denuncia también la desinformación deliberada, citando el ejemplo de una abogada que afirmó en un auditorio que la ley "permitía que un niño se levantara un día y fuera al registro civil a cambiarse el nombre y acceder a todas las operaciones", valorando ese discurso como peligroso y falaz. Asimismo, confronta argumentos económicos dirigidos contra la salud trans, tales como el cuestionamiento "por qué yo tengo que estar pagando el tratamiento a ciertas poblaciones", señalando que es una narrativa difundida por sectores conservadores para desestimar la responsabilidad del Estado en el cuidado de todos sus ciudadanos.

Finalmente, Liendro subraya que la discriminación "tiene que ser un tema del Estado" y que existen leyes, como la Ley Antidiscriminatoria de 1988, que están para ser aplicadas. Identifica a la familia como el primer núcleo de expulsión; cuando esa familia rechaza a la persona, el Estado debe actuar como garante de sus derechos. Critica la postura de "el Estado no tiene nada que ver con mi familia", argumentando que cuando la familia ejerce violencia o abandono, el Estado tiene la obligación de intervenir para proteger al individuo vulnerable.

   

El Análisis de Lisandro Sastre: El Derecho al Libre Desarrollo Personal como Paradigma Constitucional

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El abogado Lisandro Sastre ofrece una perspectiva jurídica que posiciona la Ley de Identidad de Género (Nº 26.743) como una norma de vanguardia que redefine el acceso a la salud, no como una cura para una patología, sino como la materialización de un derecho humano fundamental protegido por la Constitución. La proposición central de Sastre es que la Ley de Identidad de Género despatologiza la identidad trans y consagra el acceso a tratamientos hormonales y quirúrgicos bajo el paradigma del "derecho al libre desarrollo personal". Este derecho, de raigambre constitucional, exige que el sistema de salud (público y privado) garantice estas prestaciones sin más requisito que el consentimiento informado, aunque en la práctica persisten barreras ilegales y una interpretación restrictiva del concepto de salud.

Respecto a los argumentos y análisis jurídico, Sastre destaca como "muy novedoso" que la ley no enmarca el acceso a la salud en la necesidad de curar una enfermedad, sino que se refiere al "derecho al libre desarrollo personal", un concepto "mucho más abarcativo". Esto implica la "despatologización" de la comunidad trans. Las prestaciones de salud no buscan "curar" sino "reafirmar corporalmente... la identidad autopercibida". Este enfoque se alinea con la definición de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1946: "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades".

En cuanto a las obligaciones legales y barreras prácticas, el consentimiento informado es el único requisito exigido por el artículo 11 de la ley, que establece que "el único requisito que tiene una persona para acceder a todos estos tratamientos... es el consentimiento informado". Por lo tanto, la exigencia de certificados psicológicos por parte de obras sociales o prepagas es ilegal. Sastre también aborda el argumento "estético" utilizado por muchas entidades para rechazar la cobertura, puesto que alegan que los tratamientos son "estéticos". Él argumenta que bajo el paradigma de la despatologización y el bienestar integral, esa distinción es irrelevante, ya que dichos procedimientos están "necesariamente ligados a la salud" de la persona. Todos los tratamientos quirúrgicos y no quirúrgicos están incluidos en el Programa Médico Obligatorio (PMO), lo que obliga a su cobertura total. Sin embargo, Sastre señala que un 80% de la población trans depende del sistema público, actualmente afectado por recortes, mientras que el 20% con cobertura privada enfrenta incumplimientos constantes.

En el apartado sobre modificaciones regresivas y estrategia legal, Sastre aborda el decreto presidencial (mencionado como DNU 70/2023 en contexto) que modificó el artículo 11 para prohibir intervenciones en menores de edad, calificándolo como una "modificación regresiva" y, por lo tanto, de dudosa constitucionalidad, ya que vulnera derechos previamente adquiridos. Menciona un fallo reciente y "nuevito" donde un recurso de amparo interpuesto por un menor de 17 años resultó en la declaración de inconstitucionalidad de dicha modificación. Como estrategia litigante, aconseja que, aunque no es un requisito, acompañar un informe psicológico puede fortalecer un amparo, no para diagnosticar una patología, sino para demostrar que el tratamiento es necesario para la salud psicológica de la persona.

Finalmente, Sastre aborda la necesidad de legislar explícitamente y responde que esto fue necesario "porque todavía es parte de la cultura la discriminación". La ley es una "herramienta para hacer valer el derecho, tomar conciencia y generar espacio en la discusión" cuando la cultura no avanza. Concluye contrastando dos modelos políticos: uno neoliberal basado en el "individualismo y el egoísmo personal", y otro basado en la solidaridad, donde "el ser humano es el centro de la escena". Sostiene que solo el segundo modelo puede garantizar un verdadero estado de bienestar y justificar que la comunidad, a través del Estado, sostenga los derechos de sus miembros más vulnerables.

 

Aportes de la Audiencia Online: Mensaje de Fernando Pequeño

Un hombre en una pantalla de televisión

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Hacia el final del conversatorio, el coordinador Sebastián dio lectura a una intervención enviada por Fernando Pequeño, participante conectado de forma remota. En primer lugar, Pequeño celebró la iniciativa del Instituto de Derecho Constitucional y Federalismo al llevar el debate sobre los derechos de la diversidad a la comunidad de abogados, reconociendo la importancia de abrir espacios de reflexión y diálogo en un ámbito institucional clave para la promoción de la igualdad.

El mensaje online se centró en la propuesta de continuar el diálogo en futuras sesiones, sugiriendo la necesidad de enfocarse en las particularidades de la región del noroeste argentino. Pequeño planteó la importancia de analizar dos temas que resultan fundamentales para comprender y atender las realidades de la población trans y de la diversidad sexual local. Por un lado, la racialización fue presentada como un fenómeno que afecta la manera en que se mira y valora a las personas de la diversidad, generando consecuencias concretas en sus vidas cotidianas y en el acceso a derechos. Por otro lado, propuso abordar la criminalización, subrayando el rol del control policial y la vigencia de edictos que permiten la persecución de la comunidad, lo cual constituye un obstáculo estructural para la plena inclusión social.

Estas recomendaciones, expresadas a través del aporte virtual, invitan a profundizar el debate sobre derechos y discriminaciones específicas, articulando el análisis jurídico con la experiencia concreta y situada de quienes habitan y transitan la región. El llamado de Pequeño remarca, finalmente, la necesidad de construir futuros encuentros que promuevan una mirada integral, plural y contextualizada sobre las problemáticas de la diversidad en el noroeste argentino.

 

Interfaz de usuario gráfica, Texto, Aplicación, Chat o mensaje de texto

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domingo, 2 de noviembre de 2025

Treinta años sembrando memorias y rebeliones: voces en ronda feminista desde el Área de Género de la UNJu

Treinta años pueden ser una vida entera, un camino de persistencia y sembradoras incansables de horizontes nuevos. El aniversario del Área Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer y de Género de la UNJu no fue solo una efeméride: fue el abrazo colectivo de quienes, desde distintos espacios y generaciones, reconocieron el pulso vivo de un proyecto transformador.

Las voces que tejieron la ronda en el video conmemorativo —Adriana Boria, Liliana Louys, Claudia Laudano, Beatriz Cabana y Alejandra Ciriza— pasaron por la memoria afectiva, la reivindicación histórica y la reafirmación de vínculos irreductibles. Hablaron de la temporalidad del feminismo, de la persistencia del hacer como distinción vital, del afecto hecho política y de celebraciones que se volvieron “aquelarres hermosos”, repensando que la alegría también es parte de la militancia.

Pero el núcleo profundo es la insistencia en trascender la contingencia: reconocer logros institucionales y avances en derechos, sí, pero sobre todo transmitir que el área sobrevivió gracias al trabajo sororario y a la fuerza de afectos combativos. En tiempos adversos —como advirtió Ciriza ante el avance de posicionamientos fascistas— el área es más que una estructura; es la suma de luchas, vínculos y sueños, la trama de saberes compartidos que nunca dejan de multiplicarse.

La construcción de conocimiento feminista y la solidaridad entre mujeres y diversidades se celebran como semillas que han florecido y siguen fecundando el suelo universitario y social. Las interlocutoras, desde sus trayectorias diversas, ofrecen un canto coral por la continuidad de la resistencia, la transformación de vínculos y la expansión crítica más allá de cualquier frontera.

Hoy, treinta años después, el acto de celebrar es mucho más que mirar atrás: es afirmar el compromiso por sostener espacios de autonomía, pensamiento y acción colectiva. Es sentir orgullo por cada mujer que pasó y por cada semilla sembrada. Y es decir, en ronda: seguimos con sueños, seguimos entrelazadas, seguimos por más.

Un Tejido de resistencia y derecho: el diálogo intersistémico frente a la exclusión transgénero

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