jueves, 20 de noviembre de 2025

Etnografías, género y diversidad: la tensión de las masculinidades en los estudios rurales e indígenas

Mi participación en el 1° Encuentro de Etnografías en Territorios, llevado a cabo en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) del 18 al 20 de noviembre de 2025, se enmarcó dentro de un propósito más amplio: la Producción de conocimientos y nuevos desafíos frente a problemáticas globales. Este encuentro, generado por diversas cátedras de la Licenciatura en Antropología, buscó ante todo democratizar el conocimiento producido en la universidad pública. La metodología privilegiada fue la etnografía en sus diversas acepciones, con el objetivo de fortalecer el diálogo interdisciplinario y estimular la reflexión ético-metodológica, especialmente en el trabajo con pueblos originarios y otros grupos vulnerados del norte argentino.

Mi interés específico en la participación fue compartir la mirada de género que surge desde el interés en el estudio de las masculinidades. En ese sentido, mi rol fue introducir una línea de cuestionamiento crucial, buscando complementar los análisis que naturalmente se enfocan en la experiencia femenina. Me propuse observar la tensión que existe entre los enfoques tradicionales, que a menudo se centran en la opresión femenina (como la triple carga laboral o la violencia de género), y la necesidad de incorporar la perspectiva de los varones y los costos de la masculinidad en los abordajes etnográficos. Mediante mis intervenciones, busqué promover la necesidad de que la investigación sobre relaciones de género trascienda la mera descripción de la opresión femenina para examinar cómo el sistema agroindustrial y los patrones de poder exigen un tipo de varón específico —el fuerte, el que lidia con el riesgo—, lo cual genera a su vez sufrimiento y límites corporales en los hombres.

La Voz Indígena y la Lucha por el Territorio y la Memoria: Inclusión y Diversidad

El panel "La Voz Indígena y la Lucha por el Territorio y la Memoria", presentado por un colectivo de mujeres líderes de la radio "La Voz Indígena" de Tartagal, evidenció de manera conmovedora cómo la lucha territorial se conecta intrínsecamente con la dimensión de la Inclusión y Defensa de la Diversidad.

Recuperando esta dimensión, destaqué especialmente la figura de Casandra, una comunicadora trans que fue rechazada por su propia familia. Las dirigentes indígenas narraron cómo la radio le "abrió una puerta" y la acogió como "una familia más". El compromiso del colectivo fue más allá de la simple aceptación: salimos a defenderla activamente de los "muchos insultos, maltratos" que recibía en la calle. La calidad de Casandra como comunicadora fue reconocida, llegando a liderar su propio programa radial, llamado "Diversamente".

La figura de Casandra se conecta como arquetipo de todas las compañeras trans en las comunidades porque su experiencia de apoyo incondicional en la radio ejemplifica la política general de la comunidad hacia la diversidad. Las expositoras, como dirigentes indígenas en sus comunidades, enfatizaron su visión sobre las identidades trans desde un profundo sentido de humanidad, contrastándolo con la hostilidad externa. Ellas afirmaron que las personas trans son "humano. Es como todo" y que en sus comunidades no hay rechazo: "Ellos no se van. No lo rechazan. Los padres familiares nunca lo han rechazado". Incluso señalaron la presencia de "muchos más" compañeros trans en comunidades como la Chorote.

La Concepción Cultural de los Varones en los Pueblos Indígenas

Posteriormente, a partir de mi pregunta, una de las expositoras indígenas recuperó la concepción cultural de los varones en los pueblos indígenas. Ella enfatizó que, aunque su lucha se centra en las mujeres, nunca dejan "afuera el hombre". La dirigente explicó que su cultura ancestral se basaba en la igualdad de género, una condición que lamentablemente se ha ido perdiendo:

"Porque nuestra cultura eh siempre ha habido una igualdad. Siempre ha habido una igualdad en el trabajo, en los quehaceres de la casa, en la cocina, en lavandería, eh había una igualdad. El hombre lavaba, cocinaba, pero también la mujer hacía el rol del hombre".

Esta visión ancestral de roles compartidos y complementarios contrasta con las realidades contemporáneas de despojo y pérdida cultural, cuya memoria las mujeres están intentando mantener viva.

La importancia de las masculinidades y la diversidad en la etnografía rural

La introducción de la perspectiva de las masculinidades y la diversidad en la dimensión del género es de vital importancia en las experiencias etnográficas de los estudios rurales.

Al indagar sobre la construcción de los varones rurales, se visibiliza que el sistema de salud, por ejemplo, no está diseñado para captar problemáticas masculinas (como la exposición a agroquímicos o el alcoholismo) de manera preventiva, a pesar de que estas afectan directamente la dinámica familiar y el cuidado que recae en las mujeres. Las expositoras de los estudios rurales confirmaron que el uso de agroquímicos es una actividad masculinizada donde los varones a menudo niegan el riesgo, considerándose "resistentes," y solo acuden a la atención médica en casos de intoxicaciones graves.

Más aún, la etnografía rural demuestra que el varón es construido socialmente como un pilar de viabilidad económica y física. En el cordón hortícola de Batán/Mar del Plata, existe la presunción de los patrones de que el varón es necesario, lo que obliga a muchas mujeres a soportar hechos de violencia porque la ausencia de un varón adulto puede significar la pérdida del trabajo y el hogar.

Por otro lado, la experiencia de "La Voz Indígena" subraya que la perspectiva de la diversidad no solo debe buscar las violencias, sino también las formas de resistencia cultural que ya existen. Mientras los varones rurales que trabajan en el agroindustria enfrentan costos corporales por un modelo hegemónico que exige fuerza y riesgo, la lucha indígena ejemplificada por Casandra y sus compañeras demuestra que la resistencia se articula con la apertura y el no rechazo a la diversidad sexual, un valor que se considera históricamente arraigado en algunas de sus culturas. De este modo, la perspectiva de las masculinidades y la diversidad nos permite analizar el sistema de poder completo, incluyendo el sufrimiento masculino, y las respuestas culturales que superan la opresión binaria de género.

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