El próximo izamiento de la Bandera de la Diversidad Sexual en el Centro Cívico Grand Bourg de Salta, con la participación de autoridades gubernamentales y representantes de la lucha LGBT+, es un acto de profunda significación en el marco del Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género (17 de mayo). Será este mediodía del viernes en el predio de las banderas del Centro Cívico de Gobierno, en Satla capital. Esta fecha conmemora un hito fundamental en la historia de la lucha por los derechos humanos: el 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE).
Esta fecha nos invita a reflexionar no solo sobre los avances en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+, sino también sobre las intersecciones de esta lucha con los procesos de emancipación que atraviesan a los varones en nuestra sociedad.
Esta fecha nos invita a reflexionar no solo sobre los avances en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+, sino también sobre las intersecciones de esta lucha con los procesos de emancipación que atraviesan a los varones en nuestra sociedad.
La construcción tradicional de la masculinidad, históricamente ligada a la dominación, la represión emocional y la violencia, ha generado profundas formas de sufrimiento en los varones. La imposibilidad de expresar sus emociones, la presión por cumplir con expectativas de éxito y poder, y la negación de su propia vulnerabilidad son solo algunas de las cargas que muchos varones llevan consigo. Esta situación se agrava cuando consideramos las intersecciones con la orientación sexual y la identidad de género, donde los mandatos de la masculinidad hegemónica se intensifican y generan formas adicionales de discriminación y violencia.
En este sentido, la lucha por la emancipación de los varones y la lucha por los derechos LGBTIQ+ comparten un objetivo común: la búsqueda de la autenticidad y el bienestar. Ambas buscan desmantelar las estructuras de poder que imponen normas rígidas y limitantes, y construir un mundo donde todas las personas puedan vivir libres de prejuicios y discriminación.
En este sentido, la lucha por la emancipación de los varones y la lucha por los derechos LGBTIQ+ comparten un objetivo común: la búsqueda de la autenticidad y el bienestar. Ambas buscan desmantelar las estructuras de poder que imponen normas rígidas y limitantes, y construir un mundo donde todas las personas puedan vivir libres de prejuicios y discriminación.
Es imposible no evocar la figura de Miguel Ragone, cuyo compromiso con la justicia social y la liberación de los oprimidos resuena con fuerza en esta conmemoración. Su lucha por un proyecto político inclusivo y emancipador nos recuerda que la transformación social exige el reconocimiento y el respeto a la diversidad en todas sus formas.
El izamiento de la bandera de la diversidad es, por lo tanto, un acto de esperanza y un llamado a la acción. Nos invita a construir una sociedad donde el sufrimiento se reduzca, donde la autenticidad sea celebrada y donde cada persona, independientemente de su identidad de género o su orientación sexual, pueda alcanzar su pleno potencial. Es un recordatorio de que la lucha por la igualdad es una tarea constante, que requiere el compromiso de todos y todas para construir un futuro más justo y humano.
Suamando las masculinidades a las luchas por la emancipación de la comunidad LGBT, compartimos el siguiente poema anónimo. i¡Intenta capturar la tensión entre las expectativas tradicionales de la masculinidad y la experiencia de las personas LGBTIQ+, el peso de la historia y el sufrimiento, pero también la fuerza de la lucha por la autenticidad y la esperanza en un futuro mejor
Colores en el Acero
El hombre, de acero y silencio forjado,
en normas y mandatos, su ser ahogado.
Pero en su pecho late un latido diverso,
un arcoíris oculto, un universo inverso.
La piel curtida, máscara de fortaleza,
esconde lágrimas, gritos de tristeza.
La voz que calla, el abrazo que se niega,
construyen muros, donde el alma se pliega.
El 17 de mayo, un grito en la historia,
la enfermedad borrada, la memoria
de cuerpos rotos, de vidas silenciadas,
de luchas valientes, jamás olvidadas.
El hombre gay, el trans que se revela,
rompen cadenas, la verdad se desvela.
En cada beso, en cada mano entrelazada,
la autenticidad florece, liberada.
Pero el dolor persiste, herencia ancestral,
el prejuicio acecha, el juicio letal.
La mirada ajena, la ofensa velada,
marcan la carne, el espíritu agraviada.
Sin embargo, la fuerza nos impulsa,
a alzar la voz, a romper la coraza.
A construir un mundo donde el ser
no sea castigo, sino amanecer.
Que el acero se funda en la ternura,
que el silencio grite su propia hermosura.
Que el hombre y el arcoíris se abracen al fin,
en la danza eterna del amor sin fin.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario