jueves, 30 de octubre de 2025

Conmemoramos 30 años del Área de Género UNJu

 

Notas descriptivas.

Por Fernando Pequeño,
con Gemini NotbookLM


Contenidos

Lxs presentes

Las menciones de reconocimiento

Ensayosde los discursos

Alexandre García, Vicedecana

Coherencia,Lucha y Genealogía Feminista: El Manifiesto de la Vicerrectora Alexandre García

Lily Louys

35 Años de Rebeldía y Horizontalidad: La Genealogía Pionera de Liliana Louys

Claudia Laudano

El Activismo como Motor de Cambio: La Persistencia Feminista más allá de laCoyuntura

Claudia Ugarte

El Protocolo como Cosecha Militante: Cuerpo y Corazón en la Lucha Contra laViolencia Institucional

Sofía Bailovsky

El Triunfo de la Persistencia: Genealogía y Logros del FeminismoInstitucionalizado en la UNJU

La Placa Conmemorativa: Cuando la Militancia Trascendió la Formalidad

El Olvido Institucional en Medio de la Euforia Militante

Conclusión

 

 

En un encuentro en una aula de la Universidad, celebramos de los 30 años del Área Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer y de Género de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu), aunque había quienes decían  que la lucha data de 35 años. A través de varios discursos de académicas y activistas feministas, nos juntamos para conmemorar la historia del área como pionera en el noroeste argentino, destacando su fundación en 1995 y su rol central en la academia y la militancia contra la opresión de género. Quienes tomaron la palabra enfatizaron la naturaleza colectiva, horizontal e interdisciplinaria del área, su compromiso con la transformación social más allá de las coyunturas políticas, y la importancia de la lucha en las calles y en la institucionalización de temas de género, como el desarrollo del protocolo contra la violencia. El encuentro terminó con un emotivo reconocimiento a las fundadoras, históricas y colaboradoras/es que han impulsado los derechos de las mujeres y disidencias, reafirmando su resiliencia ante los tiempos difíciles.

 Imagen que contiene mujer, hombre, joven, niña

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Lxs presentes

Estuvieron presentes:

  1. x: Es la coordinadora principal del evento. Forma parte de Gepardes y del Área Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer y de Género. Es la encargada de introducir a las autoridades y a las invitadas y posteriormente de conducir la entrega de reconocimientos. También es reconocida por su labor en la lucha por los derechos de las disidencias y por haber realizado todo el material de discusión y certificados del evento.
  2. Alexandre García: Es la Vicerrectora de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJU), mencionada también por su apodo "Nini". Se identifica abiertamente como feminista y celebra los 30 años del área, enfatizando la importancia de la militancia, la coherencia y las luchas.
  3. Interlocutora 1: Esta oradora no es nombrada en el momento de su intervención. Habla después de la Vicerrectora (Alexandre García) y se refiere a la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales como la casa de las áreas de género. Discute la importancia de defender la universidad pública y la necesidad de "pasarse tres pueblos más" frente a la violencia. Utiliza el "nosotras y nosotres inclusivos" para conjugar verbos.
  4. Liliana Louys: Integrante de la comisión coordinadora (una de las "históricas"). Es una figura pionera que sitúa el inicio de las actividades en 1989 (35 años antes de la celebración), cuando la facultad participó del programa Redes de la subsecretaría de la mujer de la nación. Participó en la creación de la primera y única Secretaría de la Mujer del gobierno de Jujuy. Es una de las fundadoras del área y una de las colaboradoras en la redacción del Protocolo de Prevención e Intervención Institucional ante situaciones de violencia de género de la UNJU, y está terminando su colaboración por jubilación.
  5. Noemí Cabrera: Identificada como integrante de las "históricas" y de la "prehistoria" del área. Tiene 75 años y compartió su experiencia de transformación personal y la lucha feminista, incluso dentro de su propia casa.
  6. Claudia Laudeano (Activista/Académica): Recibe el micrófono en y afirma que no planeaba hablar. Se define fundamentalmente como activista que ha llevado el activismo a la academia. Sostiene que las transformaciones sociales deben ir mucho más allá de las coyunturas políticas electorales. (Liliana López la menciona previamente como Claudia Laudano, pilar para la mirada feminista en la carrera de comunicación social).
  7. Claudia (Representante del Protocolo): Es identificada como "Claudia del histórica". Habla en representación del Protocolo de Prevención e Intervención para situaciones de violencia de género de la UNJU, al que describe como un "hijo" y un logro colectivo del área. Menciona que el protocolo fue aprobado en 2019 y se sustenta en el compromiso y la militancia.
  8. Sofía Bailovsky: Una de las fundadoras o "históricas" del área. Es la directora de la especialización en estudios de género y política. Historiadora del área, relata el "reinicio público" tras el regreso a la democracia y las dificultades de la militancia temprana (como la denuncia en el diario como "psico lesbiana feminista"). Destaca la lucha por la institucionalización del área y el logro de tener integrantes en espacios de decisión como el Vicerrectorado.
  9. Natalia: Agradece la oportunidad de hablar. Expresa gratitud a las "históricas" y al equipo del protocolo (Marina, Lili, Claudia) por el acompañamiento y la lucha en "tiempos que son muy duros".
  10. María José Carrizo: Mencionada inicialmente como parte del equipo técnico. Habla en representación de la Fundación Juanita Moro. Saluda y felicita al área, reconociéndola como un espacio de cuidado, acompañamiento y un gran pilar en el activismo.

 

Las menciones de reconocimiento

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Posterior a las intervenciones de todxs quienes estuvieron sentadxs en el panel, el momento de la entrega de las menciones y reconocimientos comienza cuando Sofía Bailovsky anuncia que, para finalizar, queda pendiente una serie de reconocimientos. Estos honran a aquellas personas y organizaciones que acompañaron al Área Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer y de Género a lo largo de sus 30 años de trayectoria, trabajo y proyectos, incluyendo a las personas que forman parte del área en el presente. Ariel Monterrubian es quien conduce la entrega, señalando que la lista está "todo mezclado, así que vamos de al principio, la histórica, la últimas, la primera".

A continuación, se presenta el listado de las personas, grupos u organizaciones mencionadas o reconocidas durante este segmento, con los motivos explícitos en las fuentes:

  1. Sofí (Sofía Bailovsky): Como directora de la especialización en estudios de género y política.
  2. María José Carrizo: Miembro del equipo técnico.
  3. López (Co-directora de la especialización pública).
  4. Teresa Jordán: Mencionada inicialmente como Jordán, y luego como "Cartera increída".
  5. Gisela Groso: Equipo técnico Protocolo.
  6. Claudio.
  7. Noelia Osores: Protocolo, por la licencia estudiantil por maternidades.
  8. Noelia Carrizo: Integrante del área.
  9. Alejandra García Vargas: Por su labor en la Secretaría de Posgrado.
  10. Melina Gaona: Integrante del área.
  11. Lara Montial Vergicio.
  12. Beatriz Cabana: Por su labor en la defensa de las mujeres.
  13. Liliana Louys: Agradecida por despabilar la cabeza con el género.
  14. Gabriela: Por la primera investigación sobre la ciencia.
  15. Laura: Por ser un pilar de nuestros espacios femeninos.
  16. Elena Espíndola: Reconocimiento por "derechos".
  17. Norma Flores.
  18. Noemí Cabrera: Fundadora de la prehistoria.
  19. Elena Tapia: Fundadora.
  20. Ariel Monterrubian: Por su lucha por los derechos de las disidencias y por haber realizado todo el material de discusión, las tapas y los certificados del evento.
  21. Fernando Pequeño Ragone, por la Comisión de la mujer Salta, por su acompañamiento.
  22. Gustavo Cabana: Por su lucha por los derechos de las disidencias sexuales.
  23. Sergio Gatica: Por los derechos de las disidencias sexuales en tardes.
  24. Álvaro Zaprano: Por su lucha, por los derechos de las disidencias y por su cumpleaños.
  25. Natalia: Mencionada en la lista y quien agradece a las "históricas" y al equipo del protocolo.
  26. Polenta: Medio digital autogestivo feminista.
  27. Pierra, papel y tijera: Por su compromiso con la lucha de las mujeres y las sexuales.
  28. David Gutiérrez.
  29. Marina Grande.
  30. Fundación Juanita Moro: Reconocida como un espacio de cuidado, de acompañamiento y un gran pilar en el activismo.

 

A continuación sintetizamos las intervenciones de lxs miembrxs del panel.

 

Ensayos de los discursos

 

Alexandre García, Vicedecana

Coherencia, Lucha y Genealogía Feminista: El Manifiesto de la Vicerrectora Alexandre García

(Gemini NotebookLM)

Al tomar la palabra en el marco de la conmemoración por los más de 30 años de formalización de un área crucial en la Universidad Nacional de Jujuy (UNJU), la Vicerrectora Alexandre García, apodada cariñosamente "Nini," transformó un acto protocolario en un potente manifiesto político y emocional. Su discurso, marcado por una "inmensísima inmensísima alegría," se centró no solo en la efeméride institucional, sino en la celebración de la militancia, la coherencia ininterrumpida y la firmeza de la lucha feminista, especialmente en lo que denominó "tiempos super violentos."

La idea central que articuló el mensaje de García fue la alegría como acto de resistencia colectiva. La celebración era un triunfo de la persistencia: "celebrar la militancia, celebrar la coherencia, celebrar las luchas, celebrar el estar juntas." Este núcleo argumental se desarrolló a través de varias ideas secundarias que enmarcaron la identidad feminista dentro de una continuidad histórica y un compromiso emocional profundo.

En primer lugar, García abordó el clima hostil contemporáneo, donde la declaración de la identidad feminista es tratada como una "acción acusatoria," e incluso se responsabiliza a las activistas por la misma violencia que padecen. Frente a esta criminalización, la Vicerrectora reafirmó su postura con una declaración de principios: "Soy feminista." Este gesto no solo fue una toma de posición personal, sino un desafío explícito a las narrativas que buscan silenciar o deslegitimar el movimiento.

La reafirmación identitaria se ancló en una profunda conciencia histórica. Si bien se celebraban tres décadas de formalización, García hizo hincapié en que la lucha tiene una genealogía mucho más vasta, con "siglos de militancia." Ella se reconoció humildemente como parte de una "larga cadena de militancias, de luchas, de derrotas, de luchas ganadas, de luchas perdidas," honrando así el legado que hizo posible la existencia del espacio conmemorado. Esta mirada histórica dotó al acto de un sentido de trascendencia.

Asimismo, la oradora celebró la unidad en la diversidad. Elogió el hecho de que estén "juntes," una unidad que no implica uniformidad de pensamiento, sino un consenso fundamental sobre el rumbo a seguir: saber "hacia dónde queremos ir y hacia dónde no queremos volver." Esta cohesión de propósito es la clave para la continuidad de la lucha, que se desarrolla simultáneamente "en las calles," "en la academia," y en el ámbito del apoyo mutuo, evocando emocionantes recuerdos como el abrazo compartido en la "plaza Belgrano."

Finalmente, el compromiso de García estuvo marcado por una poderosa carga emocional. Recordó los días de llanto compartido por las compañeras perdidas y por "tanta violencia que no merecíamos y que ellas no merecían." Este recuerdo de la memoria de la violencia se convierte en el motor del compromiso inquebrantable: "Por eso vamos a seguir juntas." El discurso concluyó con una visión de futuro y legado, destacando que han "parido hijas que siguen nuestro ejemplo," y reafirmando el triunfo político de su gestión al recordar con orgullo el canto que celebró su asunción como vicerrectora: "Tenemos una vice, una vice feminista." En síntesis, el discurso de Alexandre García fue un homenaje a la historia, una resistencia ante el presente y un juramento de perseverancia para el futuro.

 

 

Lily Louys

35 Años de Rebeldía y Horizontalidad: La Genealogía Pionera de Liliana Louys

(Gemini NotebookLM)

En el acto conmemorativo de lo que institucionalmente se celebraba como el trigésimo aniversario del Área Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer y de Género de la UNJU, la intervención de Liliana Louys, figura pionera y co-directora de la especialización, sirvió como un crucial anclaje histórico. Con una trayectoria que incluye la co-creación de la única Secretaría de la Mujer del gobierno jujeño y la redacción del Protocolo de Violencia de Género de la UNJU, Louys es una de las "históricas" del movimiento. Sus primeras palabras, un saludo y una corrección ("Felices 35. Yo sigo diciendo que son 35 y no 30"), establecieron inmediatamente la idea central de su discurso: la verdadera antigüedad y el espíritu rebelde y horizontal con el que fue concebida el área.

Louys se dedicó a reivindicar la genealogía de la lucha feminista local. Aunque la resolución formal data de 1995 (30 años), las actividades precursoras comenzaron en 1989, marcando 35 años de militancia activa. En 1989, la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales actuó como pionera al representar a la UNJU en el programa Redes de la subsecretaría de la mujer de la nación, una presencia universitaria con perspectiva de género en un espacio gubernamental. Esta vocación pionera se extendió a la esfera política provincial con la "aventura" de fundar, junto a "la negrita Cabana," la primera y única Secretaría de la Mujer del gobierno de Jujuy. La anécdota de su efímero final—al ser desmantelada con la justificación de que "lo mejor que se puede hacer por las mujeres es pagarle un buen sueldo al marido"—simboliza el retorno necesario a la academia como un refugio de resistencia.

Al volver a la Facultad, el área se fundó como un "paraguas" ideológico y organizativo, cuya característica fundamental era su compromiso con la horizontalidad y la militancia externa. Louys enfatizó que “nunca nos miramos el ombligo académicamente.” La horizontalidad era tal que, ante la pregunta de quién estaba a cargo para la resolución formal, la respuesta se convirtió en una declaración ideológica: “Nadie. Somos feministas, somos horizontales.” Esta estructura no jerárquica permitió que el área fuera un espacio de investigación, extensión y docencia con una postura clara: la lucha siempre entendió que "capitalismo, patriarcado y colonialismo son diferentes aspectos de una misma opresión."

Este entendimiento holístico de la opresión subraya la relación simbiótica que el área siempre mantuvo entre la academia y la calle. Louys defendió que la crítica feminista generada en la universidad es un saber único porque es "profundamente modificado por lo que sucede en el movimiento feminista." La teoría se nutre de la acción militante en las calles, y la función de las académicas es dar forma conceptual a esa praxis. En un testimonio palpable de este compromiso, el área fue el "primer espacio universitario fundador de la campaña nacional por el Derecho al Aborto Legal," un logro que sella su rol como vanguardia.

Con un tono de despedida debido a su inminente jubilación, Liliana Louys culminó su discurso con un llamamiento a las nuevas generaciones. Tras alegrarse por el espíritu pionero legado, expresó la esperanza de que las jóvenes "sepan resguardar este espíritu rebelde, revolucionario" y que el área "siga siendo horizontal, que siga siendo colectivo." Sin embargo, su despedida incluyó una nota de advertencia. Señaló que tienen "mucho laburo" por delante para emular esta trayectoria histórica, exhortando a que "junten fuerzas para eso porque se avecinan tiempos difíciles." Así, el discurso de Louys no fue solo una efeméride, sino un recordatorio militante de que la historia es un arma que debe ser honrada y defendida ante los desafíos venideros.

 

Claudia Laudano

El Activismo como Motor de Cambio: La Persistencia Feminista más allá de la Coyuntura

(Gemini NotebookLM)

La intervención de Claudia Laudano en el acto conmemorativo del Área de Estudios de la Mujer y de Género de la UNJU, aunque iniciada con la afirmación de que "no pensaba hablar," se convirtió en un pilar esencial del encuentro al reafirmar la primacía del activismo feminista como motor innegociable de la transformación social. Laudano, reconocida académica y activista, fue un faro para el feminismo en la carrera de Comunicación Social y una figura que otorgó "entidad académica" a las iniciativas iniciales del área. Su idea central fue clara: la lucha feminista es una fuerza persistente que debe trascender y ser independiente de las coyunturas electorales o los "tiempos difíciles."

Laudano comenzó definiendo su propia identidad en términos de praxis: se ve fundamentalmente como "una activista" que ha llevado esa militancia al corazón de la academia. Esta simbiosis entre la calle y la universidad es la esencia del área. En este contexto, hizo hincapié en la importancia del reconocimiento público, un principio que el feminismo enseña y que debe ser ejercido internamente, sin esperar validación externa. Advirtió que, si bien existen "pequeñas rencillas, esas incomodidades, celos" típicos de los espacios académicos, estos roces no deben nublar la visión del propósito superior por el cual se pelea. El feminismo, para Laudano, es un "camino de ida para muchas para la vida," lamentando la falta de compromiso de aquellas que no contribuyen a su continuidad.

El corazón de su discurso residió en la reflexión sobre la independencia de la lucha frente al calendario político. Al situar el evento en el contexto de los "tiempos super violentos" y la coyuntura postelectoral, Laudano reconoció la vitalidad de la defensa de la universidad pública y de las políticas de Estado. Sin embargo, sostuvo la convicción de que las transformaciones profundas que busca el feminismo superan con creces el corto plazo electoral. Los cambios sociales, argumentó, se están construyendo "muy lentamente, con mucho trabajo, con mucha persistencia," y es esta labor constante y a largo plazo la que debe mantenerse a flote, independientemente de quién ocupe el poder. El objetivo primordial no es la victoria política coyuntural, sino la transformación de las estructuras sociales.

Finalmente, la académica hizo un balance de los logros y los retos pendientes. Celebró que, en un "ciclo de una potencia feminista muy importante," se haya logrado construir la militancia de manera interdisciplinaria. No obstante, señaló que la intersectorialidad—la capacidad de tejer redes y alianzas con sectores fuera de la academia y las disciplinas tradicionales—es un área donde "todavía tenemos bastante para escribir, reflexionar y pensar." El discurso de Claudia Laudano, por lo tanto, funcionó como una poderosa exhortación a la conciencia histórica y la perseverancia, definiendo el activismo como un compromiso existencial y una vocación de cambio que no se doblega ante la adversidad política.

 

 

Claudia Ugarte

El Protocolo como Cosecha Militante: Cuerpo y Corazón en la Lucha Contra la Violencia Institucional

(Gemini NotebookLM)

La intervención de Claudia Ugarte, en su rol de referente del Protocolo de Prevención e Intervención Institucional para las Situaciones de Violencia de Género de la UNJU, situó el debate en la dimensión más concreta y urgente de la militancia feminista: el logro tangible de la política pública. Su discurso, marcado por una "gran alegría y una emoción muy grande," afirmó que el Protocolo es el logro colectivo del Área de Género, "un hijo" cuya existencia y eficacia dependen íntegramente del compromiso emocional e inquebrantable de las compañeras que le "ponen el cuerpo" día a día.

Ugarte describió el Protocolo no como una mera norma administrativa, sino como el producto de una iniciativa de compañeras decididas a lograr una universidad libre de violencias. Detalló el meticuloso proceso de su elaboración, que incluyó la lectura de todos los protocolos existentes y su posterior puesta en discusión con representantes de todos los claustros de la UNJU (docentes, no docentes, estudiantiles), logrando su aprobación final por resolución del Consejo Superior en abril de 2019. Esta formalización institucional, si bien es un triunfo, es para Ugarte una cáscara vacía sin la dedicación constante.

El eje central de su mensaje radicó en la tesis de que el Protocolo solo se sustenta gracias a la militancia. La referente enfatizó que su funcionamiento depende del "trabajo, al compromiso de compañeras que le ponen el cuerpo cotidianamente," aplicando el "corazón y el cuerpo, la cabeza," un compromiso aprendido desde los inicios del Área. En un contexto donde "corren tiempos difíciles para las universidades," Ugarte reconoció que el equipo trabaja "a dolores," poniendo su saber, su escucha y su resistencia frente a las adversidades políticas y económicas. En este punto, destacó con gratitud el trabajo vital de Mariana Karina Elisa ("nuestra abogada"), Cela Groso, Silvana Cruz y la co-directora Liliana López, quienes sostienen la estructura con su compromiso.

Al agradecer a las autoridades de la UNJU por brindar un lugar para el trabajo y la atención, Ugarte enmarcó el Protocolo en la continuidad histórica del movimiento. Afirmó que son "hijas de la lucha que empezó siglos atrás," una lucha que debe ser continuada por las generaciones futuras. Cerró con una reflexión profundamente personal que resumió el impacto transformador del feminismo en su vida, señalando que el Área le "cambió el curso vital" y que su vida no sería la misma sin esa militancia. De este modo, el discurso de Claudia Ugarte se convierte en un testimonio emotivo sobre cómo la convicción ideológica y el compromiso personal se traducen en herramientas institucionales concretas para combatir la violencia.

 

Sofía Bailovsky

El Triunfo de la Persistencia: Genealogía y Logros del Feminismo Institucionalizado en la UNJU

(Gemini NotebookLM)

El discurso de Sofía Bailovsky, historiadora y directora de la especialización en estudios de género y política, se erigió en el acto conmemorativo como una pieza clave para legitimar la existencia del Área Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer y de Género de la UNJU. Su intervención fue una narración histórica y una celebración militante, cuya idea central buscó demostrar que el área es un espacio de activismo feminista persistente que, operando bajo la consigna de "ir siempre por más," logró trascender la informalidad para conquistar la institucionalización y los espacios de decisión universitaria.

Bailovsky enmarcó el inicio del área no como una creación ex nihilo, sino como un "reinicio público a partir del regreso a la democracia," anclado en las luchas de las feministas argentinas y mundiales, honrando a las "ancestras." Esta perspectiva genealógica fue fundamental para contextualizar las dificultades iniciales. La historiadora rememoró los tiempos fundacionales con sus reuniones en un galpón y el esfuerzo colectivo de la militancia, que incluía juntar fondos con "rifas, con locro" para viajar y las "reuniones de los martes a la tarde" dedicadas al debate teórico y al intercambio de historias de mujeres.

Un momento crucial en su relato fue la anécdota de la "denuncia" mediática, cuando el grupo fue señalado en un diario como "psico lesbiana feminista." Lejos de ser un revés, este ataque generó una "alegría" profunda, pues significaba que existían y que eran "reconocidas como espacio." En esa etapa temprana, la militancia se situaba en primer plano, con la academia sirviendo como un vehículo para la acción.

El proceso de institucionalización fue presentado como un logro político arduo. Bailovsky destacó la lucha para obtener la resolución de 1995 y el debate "muy calurosamente" librado en el consejo académico para que el grupo fuera reconocido como un área con entidad propia, y no se redujera a una mera cátedra o unidad de investigación. Este esfuerzo consolidó la base para su aspiración política más ambiciosa.

El punto nodal del discurso de Bailovsky fue la transición del activismo de base al poder de decisión. Ella articuló la necesidad de cambiar la posición de quienes deben pedir—"dame lo que yo quiero"—a la de quienes tienen la capacidad de otorgar o legitimar: "yo firmo." La presencia actual de integrantes del área en puestos clave, como el Vicerrectorado y la Secretaría de Posgrado—impulsando fuertemente las carreras de posgrado—fue celebrada como un triunfo político que demuestra la capacidad del feminismo para influir directamente en la política universitaria.

Este avance fue siempre guiado por el principio de "ir siempre por más" y "nunca chiquitaje." Bailovsky ilustró esta consigna con el ejemplo de la incorporación de materias de género en el plan de estudios, donde en lugar de conformarse con solicitar una optativa, se exigió una materia obligatoria. Finalmente, la directora celebró la multiplicación de los resultados, con un creciente número de miembros, estudiantes de posgrado y profesionales, además del apoyo de grupos aliados como Gepardes, ahora una unidad de investigación. Concluyó cediendo el paso a la ronda de reconocimientos, reafirmando el papel del área como un motor de cambio que sigue cosechando y proyectando el legado feminista.

 

La Placa Conmemorativa: Cuando la Militancia Trascendió la Formalidad

La conmemoración de los 30 años (o 35, según la corrección histórica de las pioneras) del Área Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer y de Género de la UNJU fue, ante todo, una celebración de la militancia, la coherencia y las luchas en "tiempos super violentos". El evento, marcado por la emoción, el recuerdo de las genealogías feministas y la reafirmación del compromiso activista, se centró en honrar la trayectoria colectiva y horizontal, más que en la rigidez ceremonial. Este énfasis en el proceso vivo de la lucha resultó evidente en el momento en que se recordó, casi como un apéndice, el acto de descubrimiento de la placa conmemorativa.

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El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

El Olvido Institucional en Medio de la Euforia Militante

El clímax del evento no fue el descubrimiento de un monumento, sino la extensa y sentida entrega de reconocimientos a las históricas, las fundadoras, las activistas y las organizaciones aliadas (como la Fundación Juanita Moro, Polenta y Gepardes). Una vez concluida esta ceremonia, y después de que las compañeras se abrazaran y cantaran consignas ("que va a vencer, que va a vencer abajo el patriarcado. Se va a caer, se va a caer"), la atención se dirigió brevemente a un elemento que había quedado pendiente en el programa: la placa conmemorativa.

El intercambio que identifica este momento revela una gran informalidad, sugiriendo que la materialización simbólica de la institución (la placa) había sido eclipsada por la energía de la resistencia en curso. La mención se da de forma casi espontánea: "¿Qué tenemos? La placa. Y la placa. ¿Alguien se acuerda de la placa? La placa. Pero ni siquiera saben dónde es".

Este intercambio es significativo. La sorpresa colectiva ante el olvido del gesto formal subraya que, para las participantes, el verdadero significado de la reunión residía en el afecto mutuo y la reafirmación del compromiso feminista. La pregunta retórica sobre si alguien se acuerda de la placa y la inmediata preocupación logística sobre su ubicación ("ni siquiera saben dónde es") contrasta fuertemente con la pasión evidente en los discursos, que habían definido al área como un "paraguas" para las iniciativas de lucha y un espacio que nunca se miró "el ombligo académicamente".

La respuesta al recordatorio de la placa fue pragmática: alguien se apresuró a recordar a los presentes que, después del acto simbólico pendiente, venía la parte más social: "Ah, después hay que comerse y beberse lo que está ahí, así que tampoco se vaya. Lo más importante...". De este modo, la placa quedó insertada entre la euforia activista y la camaradería de la convivencia, demostrando que el núcleo del área es la situación, interacción y experiencia, y no los rituales institucionales.

Conclusión

El (casi) olvido de la placa conmemorativa encapsula perfectamente el espíritu del Área de Género: un espacio cuya existencia y fuerza provienen directamente de la militancia inquebrantable, el debate apasionado y la horizontalidad, y no de la autoridad formal. Aunque la institucionalización fue un triunfo arduo (una batalla que se libró para ser reconocidas como área y no solo como cátedra), la legitimidad del movimiento siempre ha radicado en la calle y en la persistencia "muy a pesar de estas coyunturas". El acto de la placa, por lo tanto, no fue el punto focal, sino un recordatorio final de que el "aquí y ahora" feminista es un proceso en constante desarrollo que abarca un pasado, acuna futuros, y que incluso los símbolos más importantes deben ceder el paso a la continuidad de la lucha y la solidaridad.

 



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