martes, 15 de abril de 2025

Plan de la ReCADyDD. Red Civil de Ambiente, Diversidad y Derechos Humanos de Salta

 (En construcción) 

Objetivos

Antecedentes

La Mesa de Derechos Humanos de Salta y la Asociación Miguel Ragone

La Mesa de la Diversidad

El Plan de Ciudadanía de la FALGBT

El Plan de Municipios de Salta

El Plan de Desarrollo Salta 2030

El Plan de Turismo “Liderar”, Salta

 

Fundamentos

La Red Intersectorial por la Diversidad Sexual y la Justicia Ambiental: Un Plan para la Ciudadanía Inclusiva y Ecológicamente Sostenible.

¿Por qué una estrategia de abordaje complementario entre políticas LGBT y ambientales como sujetos de derechos? Una estrategia de abordaje complementario entre políticas LGBT y ambientales, que reconozca tanto a la diversidad sexual como al ambiente como sujetos de derechos, se vuelve imperativa debido a la intrínseca conexión entre las desigualdades que afectan a las personas LGBT y las crisis ecológicas. Como el texto señala, las personas LGBT, particularmente aquellas trans y no binarias, a menudo experimentan una mayor vulnerabilidad ante la degradación ambiental, enfrentando desafíos como el acceso limitado a recursos básicos como agua potable o vivienda segura. Esta realidad subraya la necesidad de políticas públicas que adopten una perspectiva interseccional, comprendiendo cómo las opresiones basadas en la orientación sexual, la identidad de género y la expresión de género se entrelazan con las injusticias ambientales, exigiendo respuestas integradas y holísticas para garantizar los derechos de todos los ciudadanos y la protección del planeta.

Esta visión interseccional se consolida al considerar las ontologías de la naturaleza como un marco para políticas inclusivas. Abandonar la concepción del ambiente como un mero recurso explotable y adoptarlo como una red compleja de relaciones vivas abre nuevas posibilidades para enriquecer las políticas LGBT. La creación de espacios públicos que armonicen la diversidad sexual con el cuidado ambiental, como plazas inclusivas con áreas verdes gestionadas por colectivos LGBT o centros culturales comprometidos con la lucha contra el cambio climático, ejemplifica cómo esta perspectiva puede traducirse en acciones concretas. Al reconocer la interdependencia entre los seres humanos y el entorno natural, se fomenta una ciudadanía más consciente y responsable, donde el bienestar de las personas y la salud del planeta se consideran inseparables.

La crisis climática emerge no solo como una amenaza global, sino también como una oportunidad para reimaginar y fortalecer la ciudadanía LGBT. Ante la urgencia de encontrar respuestas colectivas a los desafíos ambientales, las políticas LGBT municipales pueden asumir un rol de liderazgo. Promover programas de educación ambiental con una perspectiva de diversidad sexual y fomentar la participación activa de personas LGBT en la gestión sostenible de los recursos naturales no solo contribuye a mitigar los efectos del cambio climático, sino que también empodera a un sector históricamente marginado. Al integrar la lucha por los derechos LGBT con la defensa del ambiente, se construye una ciudadanía más resiliente, inclusiva y comprometida con un futuro sostenible para todos.

En definitiva, la complementariedad entre estas políticas no es una mera opción, sino una necesidad fundamental para construir sociedades más justas, equitativas y respetuosas tanto de la diversidad humana como de la riqueza del planeta.

 

El poder transformador de la "Ciudadanía Sexo-Afectiva" en Proyectos de Intervención para la Población LGBT en Salta

En el campo de los estudios LGBT y el diseño de políticas públicas inclusivas, la elección del lenguaje no es un mero ejercicio semántico, sino una decisión política que moldea la comprensión de los derechos y las necesidades de la población. En este contexto, el vocablo "ciudadanía sexo-afectiva" emerge como una propuesta robusta y transformadora, superando las limitaciones inherentes a términos como "ciudadanía sexual" y "ciudadanía de género" en el ámbito de proyectos de intervención dirigidos a la comunidad LGBT, particularmente en contextos como la provincia de Salta. Argumentamos a favor de la adopción de "ciudadanía sexo-afectiva" como un marco conceptual más integral y sensible a las complejas realidades que atraviesan las personas con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diversas.

En primer lugar, la "ciudadanía sexo-afectiva" se distingue por su capacidad para integrar las dimensiones relacionales y emocionales de la experiencia LGBT, trascendiendo los reduccionismos biologicistas que a menudo subyacen a otras denominaciones. Mientras que la "ciudadanía sexual" tiende a enfocarse en derechos vinculados al cuerpo, la orientación sexual o las prácticas íntimas, y la "ciudadanía de género" se centra primordialmente en identidades y expresiones de género, el concepto de "ciudadanía sexo-afectiva" abarca la totalidad de las vivencias de las personas LGBT. No se limita al reconocimiento del derecho a existir, sino que también incluye el derecho fundamental a amar, a establecer vínculos significativos y a construir proyectos afectivos en condiciones de plena dignidad. Un ejemplo concreto de esta amplitud se observa en la necesidad de que un programa municipal de vivienda para personas trans considere no solo su identidad de género, sino también sus redes afectivas, como parejas y familias elegidas, evitando así la reproducción de modelos heteronormativos de "hogar". Esta perspectiva se fundamenta en la visión de la filósofa Judith Butler, quien señala que la vida afectiva es intrínsecamente política, ya que las normas de género regulan qué tipos de vínculos son considerados legítimos y cuáles no.

En segundo lugar, la "ciudadanía sexo-afectiva" posee una potente capacidad para visibilizar la intrincada intersección entre opresiones estructurales y violencias íntimas que experimenta la población LGBT. A diferencia de la "ciudadanía sexual", que a menudo se reduce a la esfera jurídica (como el matrimonio igualitario), y la "ciudadanía de género", que puede centrarse en aspectos puramente identitarios, la "ciudadanía sexo-afectiva" pone de manifiesto cómo factores como el racismo, el clasismo y la discafobia (fobia a las personas discapacitadas) moldean de manera significativa las posibilidades de amar y ser amado en sociedades profundamente desiguales. En el contexto salteño, por ejemplo, una mujer lesbiana racializada no solo enfrenta la homofobia, sino también estereotipos coloniales que pueden deslegitimar sus afectos, tildándolos de "poco femeninos" o "exóticos". Esta perspectiva se nutre de la propuesta de la pensadora argentina María Lugones, quien aboga por una "política afectiva decolonial" que cuestione las jerarquías raciales y sexuales que se encuentran históricamente imbricadas en nuestras sociedades.

En tercer lugar, el concepto de "ciudadanía sexo-afectiva" amplía significativamente el marco de acción de las políticas públicas, desplazando el foco de un enfoque meramente individualista de derechos hacia la construcción de comunidades cuidadoras. Esta perspectiva resulta especialmente relevante en provincias como Salta, donde, a pesar de los avances legales como la ley de matrimonio igualitario, la aceptación social plena aún no está garantizada. La "ciudadanía sexo-afectiva" reconoce que la plena inclusión de la población LGBT trasciende la mera formalización de derechos y exige la creación de redes comunitarias sólidas que brinden apoyo y sostén en contextos de exclusión social. Un proyecto de salud mental dirigido a la comunidad LGBT, por ejemplo, debería incluir no solo atención psicológica individualizada, sino también la creación de círculos de apoyo mutuo que fomenten la solidaridad intergeneracional y el intercambio de experiencias. Esta visión se alinea con las ideas del antropólogo Éric Fassin, quien subraya que la ciudadanía no se limita a la dimensión legal, sino que se manifiesta en la capacidad de habitar los espacios públicos sin temor a la discriminación o la violencia.

En cuarto lugar, la "ciudadanía sexo-afectiva" desafía de manera frontal la dicotomía público/privado que ha sido históricamente central en las luchas LGBT. Tanto la "ciudadanía sexual" como la "ciudadanía de género" pueden, inadvertidamente, reforzar la idea de que la esfera íntima de las personas LGBT debe ser tolerada, pero no necesariamente celebrada o visibilizada en el ámbito público. En contraposición, la "ciudadanía sexo-afectiva" reclama el derecho fundamental a expresar afectos disidentes en todos los espacios de la vida social, incluyendo las calles, las escuelas y los medios de comunicación, desafiando así la omnipresente heteronormatividad espacial. Una campaña contra la discriminación en las escuelas salteñas, por ejemplo, debería ir más allá de las charlas informativas sobre diversidad sexual y de género, e incluir protocolos claros que permitan a los adolescentes LGBT expresar sus afectos libremente, como bailar con quien deseen en los actos escolares. Esta perspectiva se basa en el trabajo del geógrafo queer Javier Sáez, quien argumenta que el espacio público es un campo de batalla donde se disputa constantemente quién tiene el derecho a ser visible y a ocupar un lugar legítimo en la sociedad.

Finalmente, la "ciudadanía sexo-afectiva" incorpora de manera explícita las críticas provenientes de las teorías queer y feministas a las categorías identitarias estáticas. Mientras que la "ciudadanía de género" puede, en algunos casos, rigidizar las identidades trans en la dicotomía hombre/mujer trans, la "ciudadanía sexo-afectiva" reconoce la inherente fluidez de los deseos y las múltiples formas de vincularse afectivamente, incluyendo a personas no binarias, asexuales o poliamorosas. En el diseño de un programa de empleo para la población LGBT, por ejemplo, sería más pertinente evitar preguntas binarias como "¿es usted gay o trans?" y, en cambio, indagar sobre cómo la discriminación basada en la orientación sexual, la identidad o la expresión de género, así como en sus formas de relacionarse afectivamente, ha afectado sus proyectos de vida, incluyendo sus relaciones familiares o laborales. Esta perspectiva se nutre de las reflexiones de autores como Paul B. Preciado, quien plantea que las identidades pueden convertirse en prisiones políticas, y que la verdadera emancipación radica en la subversión de las normas que regulan los afectos y los deseos.

En conclusión, el término "ciudadanía sexo-afectiva" no constituye un mero eufemismo, sino que representa un marco teórico y político con un profundo potencial transformador para los proyectos de intervención dirigidos a la población LGBT en Salta y en otros contextos. Este concepto descoloniza la comprensión de los derechos LGBT al reconocer que, en América Latina, los afectos se construyen fundamentalmente en comunidad y no solo en la esfera individual. Asimismo, cuestiona la creciente mercantilización de las identidades LGBT y propone una visión de la inclusión que trasciende la mera tolerancia de las diferencias, abogando por la transformación de las estructuras sociales que jerarquizan qué afectos merecen ser vividos y cuáles no. En última instancia, la adopción del enfoque de "ciudadanía sexo-afectiva" en los proyectos de intervención implica diseñar políticas públicas que no solo "protejan" a las personas LGBT de la discriminación y la violencia, sino que también potencien activamente sus capacidades para amar, crear y habitar el mundo en plena libertad y dignidad.

La sombra ausente: sobre la escasa representación de varones gays en Planes de intervención LGBT en Salta

El avance en el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBT+ ha sido un proceso significativo en Argentina, y la provincia de Salta no ha sido ajena a esta transformación. Sin embargo, un análisis detallado de documentos de políticas públicas sobre la diversidad sexo afectiva en Salta, en particular el "Reglamento Mesa de Diversidad" (2013) y el "Resumen del Plan de Igualdad de la Secretaría de Genero” (2025), revela una relativa falta de presencia específica de los varones gays como actores y foco de atención en comparación con otros grupos dentro de la diversidad sexual y de género. Si bien están incluidos dentro de las categorías generales de "Comunidad LGBTIQ+" o "Colectivo LGTBIQ+", sus necesidades y experiencias particulares no parecen recibir el mismo nivel de diferenciación y especificidad que se observa, por ejemplo, en la atención dedicada a mujeres y personas trans. Esta observación no busca invalidar la importancia de los esfuerzos realizados, sino más bien señalar una posible área de mejora para lograr una representación más equitativa y efectiva en los planes de intervención.

En el "Reglamento de la Mesa de Diversidad", la estructura y las funciones se centran en la promoción de la diversidad, la lucha contra la discriminación y el desarrollo de políticas públicas para el colectivo LGBTIQ+ en su conjunto. Si bien temas como la prevención del VIH-SIDA e ITS son cruciales para los varones gays, se abordan desde una perspectiva general, sin explorar las particularidades que podrían influir en sus experiencias y necesidades específicas. La composición de la Mesa, aunque diversa, no explicita la presencia de organizaciones con un enfoque primordial en las problemáticas propias de los varones gays. De manera similar, las comisiones de trabajo, aunque temáticas amplias y relevantes, carecen de líneas de acción detalladas que se dirijan de manera particular a las vivencias singulares de este subgrupo.

El "Resumen del Plan de Igualdad de la Secretaría de Género" presenta un enfoque principal en "mujeres y personas LGBTIQ+". Si bien reconoce la violencia y la discriminación por razones de género como problemáticas que afectan a los varones gays, la mención específica de las violencias extremas se centra en femicidios, transfemicidios y travesticidios, lo que podría interpretarse como una priorización en la visibilización de las experiencias de violencia que afectan de manera desproporcionada a mujeres y personas trans. Las estrategias y líneas de acción son, en su mayoría, generales y buscan transversalizar la perspectiva de género en diversos ámbitos. Aunque los varones gays indudablemente se beneficiarían de estas acciones, sus necesidades diferenciadas no son destacadas de manera explícita.

Esta relativa ausencia contrasta notablemente con el "Plan de ciudadanía LGBTIQ+" de la FALGBT (Federación Argentina LGBT). Este plan dedica una sección específica a "Varones gays y bisexuales", reconociendo las históricas prácticas discriminatorias, el estigma y los efectos en su salud, incluyendo una mayor exposición al VIH-SIDA. Lo más significativo es que propone acciones concretas dirigidas a esta población, como programas de acceso a la adopción, servicios de asesoramiento para la inclusión de niños adoptados, programas de inclusión laboral y prevención de la discriminación, creación de hogares LGBT y campañas específicas de prevención del VIH/SIDA e ITS. Esta diferenciación subraya la importancia de reconocer que, si bien los varones gays comparten muchas experiencias con el resto del colectivo LGBT+, también enfrentan desafíos y necesidades particulares que requieren atención específica.

Investigaciones en el campo de los estudios de género y sexualidad han señalado en ocasiones una tendencia a centrar la atención en las experiencias de las mujeres lesbianas y las personas trans, quienes históricamente han enfrentado formas de opresión particularmente violentas y sistemáticas. Esta priorización, aunque comprensible dada la urgencia de abordar estas problemáticas, a veces puede llevar a que las necesidades específicas de los varones gays queden relativamente menos exploradas o visibilizadas en los planes de intervención.

Además, la propia dinámica interna de los movimientos LGBT+ puede influir en la priorización de ciertas agendas. En algunos contextos, la lucha por el matrimonio igualitario, un logro que históricamente benefició de manera más visible a las parejas del mismo sexo masculinas, pudo haber generado la percepción de que las necesidades de los varones gays ya estaban siendo atendidas en mayor medida, aunque esto no necesariamente se traduzca en una atención específica a otras áreas cruciales como la salud mental, la lucha contra la homofobia internalizada o las formas particulares de discriminación que enfrentan en ámbitos como el laboral o familiar.

Existe una relativa falta de presencia específica de los varones gays como actores y foco de atención en comparación con otros grupos. Reconocer esta realidad y adoptar un enfoque más diferenciado y específico, basado en un diagnóstico riguroso y la participación activa de los propios varones gays, es fundamental para lograr una representación más equitativa y para garantizar que las políticas públicas y los planes de intervención respondan de manera efectiva a las diversas necesidades de toda la comunidad LGBT+ en la provincia. Al hacerlo, se fortalecerá el tejido social y se avanzará hacia una sociedad más justa e inclusiva para todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.

Para lograr una representación más equitativa de los varones gays en futuros planes de intervención en Salta, se propone realizar diagnósticos específicos sobre sus necesidades, fomentar su participación en la formulación de políticas a través de espacios dedicados, desarrollar programas y políticas dirigidas a sus problemáticas particulares, adoptar una perspectiva interseccional que considere la diversidad dentro de la comunidad gay, inspirarse en modelos existentes como el plan de la FALGBT, y promover la investigación académica sobre sus experiencias en el contexto local.

Varones Gays en la sombra: la paradoja de la representatividad en una Mesa Diversa

Entre 2013 y 2017, la Mesa de la Diversidad de Salta, con la activa participación de organizaciones como la Asociación Dr. Miguel Ragone, se erigió como un espacio crucial para la promoción de los derechos de la comunidad LGBTIQ+, logrando avances significativos en 

(En construcción)


Acciones estratégicas

Tejiendo Derechos en la Intersección Salteña: la "Red Civil de Ambiente, Diversidad y Derechos Humanos de Salta"

En el contexto de Salta, donde la riqueza de su diversidad cultural y natural se entrelaza, presentamos una propuesta innovadora y necesaria: la "Red Civil de Ambiente, Diversidad y Derechos Humanos de Salta" (la ReCADyDD). La red se enmarca en un Plan que reconoce una verdad fundamental: las luchas por la justicia social y la sostenibilidad ambiental no son caminos separados, sino senderos interconectados que se fortalecen mutuamente. Para las personas LGBT+, las vulnerabilidades ambientales a menudo exacerban las desigualdades preexistentes, mientras que sus propias experiencias y saberes pueden enriquecer la defensa del territorio y la construcción de un futuro más verde. Esta propuesta de intervención busca precisamente crear un espacio de articulación entre organizaciones LGBT, ambientales y de derechos humanos, con la visión de impulsar políticas públicas integrales que aborden estas complejas realidades. A través de ejes de trabajo que van desde la investigación participativa hasta la creación de espacios públicos inclusivos y sostenibles, esta red aspira a fortalecer la participación de la comunidad LGBT+ en la protección del ambiente, promover políticas públicas que reconozcan sus derechos en este ámbito y visibilizar sus valiosas contribuciones a la construcción de una sociedad más justa y ecológicamente responsable en Salta.

Objetivo General

Crear una Red que articule organizaciones LGBT, ambientales y de derechos humanos para promover políticas públicas integrales que reconozcan la interdependencia entre diversidad sexual, justicia ambiental y derechos humanos en la provincia de Salta.

La construcción de una Red de Derechos Humanos, Ambientales y Ciudadanía Sexo-Afectiva en Salta representa una oportunidad para avanzar hacia políticas públicas más inclusivas y sostenibles. Al integrar las luchas por la diversidad sexual con la defensa del ambiente, esta iniciativa no solo amplía el alcance del Plan de Ciudadanía LGBT de la FALGBT, sino que también responde a los desafíos socioambientales del siglo XXI desde una perspectiva interseccional y decolonial.

 

Ejes de Trabajo

  1. Investigación y Diagnóstico Participativo
    • Realizar mapeos de vulnerabilidades ambientales que afectan al colectivo LGBT (ej. acceso a agua, vivienda, salud en zonas rurales).
    • Identificar prácticas culturales LGBT que promuevan el cuidado ambiental (ej. agricultura urbana, reciclaje comunitario).
  2. Formación y Sensibilización
    • Talleres sobre ecología queer, que exploren las conexiones entre diversidad sexual y justicia ambiental.
    • Capacitaciones para funcionarios municipales en políticas públicas interseccionales (LGBT + ambiente).
  3. Espacios Públicos Inclusivos y Sostenibles
    • Crear plazas y parques LGBT con infraestructura ecológica (ej. huertas comunitarias, sistemas de recolección de agua).
    • Promover centros culturales LGBT que funcionen con energías renovables y prácticas sostenibles.
  4. Políticas Públicas Integradas
    • Impulsar ordenanzas municipales que reconozcan el derecho a un ambiente sano para personas LGBT, especialmente en contextos de marginalidad.
    • Crear programas de empleo verde para personas trans y no binarias en áreas como agroecología y turismo sostenible.
  5. Articulación con Movimientos Socioambientales
    • Establecer alianzas con organizaciones indígenas y ambientales para defender territorios amenazados por extractivismo, reconociendo las identidades LGBT dentro de estas comunidades.
    • Participar en campañas contra el cambio climático con una perspectiva de diversidad sexual.
  6. Cultura y Comunicación
    • Producir materiales audiovisuales que visibilicen las luchas LGBT y ambientales en Salta.
    • Organizar festivales culturales que integren arte, diversidad sexual y sostenibilidad.

Estructura de la Red

  • Núcleos Locales: Grupos de trabajo en municipios clave de Salta, integrados por organizaciones LGBT, ambientales y de derechos humanos.
  • Consejo Consultivo: Espacio de diálogo entre actores sociales, académicos y estatales para diseñar y monitorear políticas.
  • Observatorio de Derechos: Plataforma digital que documenta violaciones a derechos humanos, ambientales y sexo-afectivos en la provincia.

Impacto Esperado

  • Fortalecer la participación de personas LGBT en la defensa del ambiente.
  • Promover políticas públicas que integren diversidad sexual y justicia ambiental.
  • Visibilizar las contribuciones del colectivo LGBT a la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.

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