(En construcción)
Objetivos
Antecedentes
La Mesa de Derechos Humanos de Salta y la Asociación Miguel Ragone
La Mesa de la Diversidad
El Plan de Ciudadanía de la FALGBT
El Plan de Municipios de Salta
El Plan de Desarrollo Salta 2030
El Plan de Turismo “Liderar”, Salta
Fundamentos
La Red Intersectorial por la
Diversidad Sexual y la Justicia Ambiental: Un Plan para la Ciudadanía Inclusiva
y Ecológicamente Sostenible.
¿Por qué una
estrategia de abordaje complementario entre políticas LGBT y ambientales como
sujetos de derechos? Una estrategia de abordaje complementario entre políticas
LGBT y ambientales, que reconozca tanto a la diversidad sexual como al ambiente
como sujetos de derechos, se vuelve imperativa debido a la intrínseca conexión
entre las desigualdades que afectan a las personas LGBT y las crisis
ecológicas. Como el texto señala, las personas LGBT, particularmente aquellas
trans y no binarias, a menudo experimentan una mayor vulnerabilidad ante la
degradación ambiental, enfrentando desafíos como el acceso limitado a recursos
básicos como agua potable o vivienda segura. Esta realidad subraya la necesidad
de políticas públicas que adopten una perspectiva interseccional, comprendiendo
cómo las opresiones basadas en la orientación sexual, la identidad de género y
la expresión de género se entrelazan con las injusticias ambientales, exigiendo
respuestas integradas y holísticas para garantizar los derechos de todos los
ciudadanos y la protección del planeta.
Esta visión
interseccional se consolida al considerar las ontologías de la naturaleza como
un marco para políticas inclusivas. Abandonar la concepción del ambiente como
un mero recurso explotable y adoptarlo como una red compleja de relaciones
vivas abre nuevas posibilidades para enriquecer las políticas LGBT. La creación
de espacios públicos que armonicen la diversidad sexual con el cuidado
ambiental, como plazas inclusivas con áreas verdes gestionadas por colectivos
LGBT o centros culturales comprometidos con la lucha contra el cambio
climático, ejemplifica cómo esta perspectiva puede traducirse en acciones
concretas. Al reconocer la interdependencia entre los seres humanos y el
entorno natural, se fomenta una ciudadanía más consciente y responsable, donde
el bienestar de las personas y la salud del planeta se consideran inseparables.
La crisis climática
emerge no solo como una amenaza global, sino también como una oportunidad para
reimaginar y fortalecer la ciudadanía LGBT. Ante la urgencia de encontrar
respuestas colectivas a los desafíos ambientales, las políticas LGBT
municipales pueden asumir un rol de liderazgo. Promover programas de educación
ambiental con una perspectiva de diversidad sexual y fomentar la participación
activa de personas LGBT en la gestión sostenible de los recursos naturales no
solo contribuye a mitigar los efectos del cambio climático, sino que también
empodera a un sector históricamente marginado. Al integrar la lucha por los
derechos LGBT con la defensa del ambiente, se construye una ciudadanía más
resiliente, inclusiva y comprometida con un futuro sostenible para todos.
En definitiva, la
complementariedad entre estas políticas no es una mera opción, sino una
necesidad fundamental para construir sociedades más justas, equitativas y
respetuosas tanto de la diversidad humana como de la riqueza del planeta.
El poder transformador de la
"Ciudadanía Sexo-Afectiva" en Proyectos de Intervención para la
Población LGBT en Salta
En el campo de los
estudios LGBT y el diseño de políticas públicas inclusivas, la elección del
lenguaje no es un mero ejercicio semántico, sino una decisión política que
moldea la comprensión de los derechos y las necesidades de la población. En
este contexto, el vocablo "ciudadanía sexo-afectiva" emerge como una
propuesta robusta y transformadora, superando las limitaciones inherentes a
términos como "ciudadanía sexual" y "ciudadanía de género"
en el ámbito de proyectos de intervención dirigidos a la comunidad LGBT,
particularmente en contextos como la provincia de Salta. Argumentamos a favor
de la adopción de "ciudadanía sexo-afectiva" como un marco conceptual
más integral y sensible a las complejas realidades que atraviesan las personas
con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diversas.
En primer lugar, la
"ciudadanía sexo-afectiva" se distingue por su capacidad para
integrar las dimensiones relacionales y emocionales de la experiencia LGBT,
trascendiendo los reduccionismos biologicistas que a menudo subyacen a otras
denominaciones. Mientras que la "ciudadanía sexual" tiende a
enfocarse en derechos vinculados al cuerpo, la orientación sexual o las
prácticas íntimas, y la "ciudadanía de género" se centra
primordialmente en identidades y expresiones de género, el concepto de
"ciudadanía sexo-afectiva" abarca la totalidad de las vivencias de
las personas LGBT. No se limita al reconocimiento del derecho a existir, sino
que también incluye el derecho fundamental a amar, a establecer vínculos
significativos y a construir proyectos afectivos en condiciones de plena
dignidad. Un ejemplo concreto de esta amplitud se observa en la necesidad de
que un programa municipal de vivienda para personas trans considere no solo su
identidad de género, sino también sus redes afectivas, como parejas y familias
elegidas, evitando así la reproducción de modelos heteronormativos de
"hogar". Esta perspectiva se fundamenta en la visión de la filósofa
Judith Butler, quien señala que la vida afectiva es intrínsecamente política,
ya que las normas de género regulan qué tipos de vínculos son considerados
legítimos y cuáles no.
En segundo lugar, la
"ciudadanía sexo-afectiva" posee una potente capacidad para
visibilizar la intrincada intersección entre opresiones estructurales y
violencias íntimas que experimenta la población LGBT. A diferencia de la
"ciudadanía sexual", que a menudo se reduce a la esfera jurídica
(como el matrimonio igualitario), y la "ciudadanía de género", que
puede centrarse en aspectos puramente identitarios, la "ciudadanía
sexo-afectiva" pone de manifiesto cómo factores como el racismo, el
clasismo y la discafobia (fobia a las personas discapacitadas) moldean de
manera significativa las posibilidades de amar y ser amado en sociedades
profundamente desiguales. En el contexto salteño, por ejemplo, una mujer
lesbiana racializada no solo enfrenta la homofobia, sino también estereotipos
coloniales que pueden deslegitimar sus afectos, tildándolos de "poco
femeninos" o "exóticos". Esta perspectiva se nutre de la
propuesta de la pensadora argentina María Lugones, quien aboga por una
"política afectiva decolonial" que cuestione las jerarquías raciales
y sexuales que se encuentran históricamente imbricadas en nuestras sociedades.
En tercer lugar, el
concepto de "ciudadanía sexo-afectiva" amplía significativamente el
marco de acción de las políticas públicas, desplazando el foco de un enfoque
meramente individualista de derechos hacia la construcción de comunidades cuidadoras.
Esta perspectiva resulta especialmente relevante en provincias como Salta,
donde, a pesar de los avances legales como la ley de matrimonio igualitario, la
aceptación social plena aún no está garantizada. La "ciudadanía
sexo-afectiva" reconoce que la plena inclusión de la población LGBT
trasciende la mera formalización de derechos y exige la creación de redes
comunitarias sólidas que brinden apoyo y sostén en contextos de exclusión
social. Un proyecto de salud mental dirigido a la comunidad LGBT, por ejemplo,
debería incluir no solo atención psicológica individualizada, sino también la
creación de círculos de apoyo mutuo que fomenten la solidaridad
intergeneracional y el intercambio de experiencias. Esta visión se alinea con
las ideas del antropólogo Éric Fassin, quien subraya que la ciudadanía no se
limita a la dimensión legal, sino que se manifiesta en la capacidad de habitar
los espacios públicos sin temor a la discriminación o la violencia.
En cuarto lugar, la
"ciudadanía sexo-afectiva" desafía de manera frontal la dicotomía
público/privado que ha sido históricamente central en las luchas LGBT. Tanto la
"ciudadanía sexual" como la "ciudadanía de género" pueden,
inadvertidamente, reforzar la idea de que la esfera íntima de las personas LGBT
debe ser tolerada, pero no necesariamente celebrada o visibilizada en el ámbito
público. En contraposición, la "ciudadanía sexo-afectiva" reclama el
derecho fundamental a expresar afectos disidentes en todos los espacios de la
vida social, incluyendo las calles, las escuelas y los medios de comunicación,
desafiando así la omnipresente heteronormatividad espacial. Una campaña contra
la discriminación en las escuelas salteñas, por ejemplo, debería ir más allá de
las charlas informativas sobre diversidad sexual y de género, e incluir
protocolos claros que permitan a los adolescentes LGBT expresar sus afectos
libremente, como bailar con quien deseen en los actos escolares. Esta
perspectiva se basa en el trabajo del geógrafo queer Javier Sáez, quien
argumenta que el espacio público es un campo de batalla donde se disputa
constantemente quién tiene el derecho a ser visible y a ocupar un lugar
legítimo en la sociedad.
Finalmente, la
"ciudadanía sexo-afectiva" incorpora de manera explícita las críticas
provenientes de las teorías queer y feministas a las categorías identitarias
estáticas. Mientras que la "ciudadanía de género" puede, en algunos
casos, rigidizar las identidades trans en la dicotomía hombre/mujer trans, la
"ciudadanía sexo-afectiva" reconoce la inherente fluidez de los
deseos y las múltiples formas de vincularse afectivamente, incluyendo a
personas no binarias, asexuales o poliamorosas. En el diseño de un programa de empleo
para la población LGBT, por ejemplo, sería más pertinente evitar preguntas
binarias como "¿es usted gay o trans?" y, en cambio, indagar sobre
cómo la discriminación basada en la orientación sexual, la identidad o la
expresión de género, así como en sus formas de relacionarse afectivamente, ha
afectado sus proyectos de vida, incluyendo sus relaciones familiares o
laborales. Esta perspectiva se nutre de las reflexiones de autores como Paul B.
Preciado, quien plantea que las identidades pueden convertirse en prisiones
políticas, y que la verdadera emancipación radica en la subversión de las
normas que regulan los afectos y los deseos.
En conclusión, el
término "ciudadanía sexo-afectiva" no constituye un mero eufemismo,
sino que representa un marco teórico y político con un profundo potencial
transformador para los proyectos de intervención dirigidos a la población LGBT
en Salta y en otros contextos. Este concepto descoloniza la comprensión de los
derechos LGBT al reconocer que, en América Latina, los afectos se construyen
fundamentalmente en comunidad y no solo en la esfera individual. Asimismo,
cuestiona la creciente mercantilización de las identidades LGBT y propone una
visión de la inclusión que trasciende la mera tolerancia de las diferencias,
abogando por la transformación de las estructuras sociales que jerarquizan qué
afectos merecen ser vividos y cuáles no. En última instancia, la adopción del
enfoque de "ciudadanía sexo-afectiva" en los proyectos de
intervención implica diseñar políticas públicas que no solo
"protejan" a las personas LGBT de la discriminación y la violencia,
sino que también potencien activamente sus capacidades para amar, crear y
habitar el mundo en plena libertad y dignidad.
La sombra ausente: sobre la escasa
representación de varones gays en Planes de intervención LGBT en Salta
El avance en el
reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBT+ ha sido un proceso
significativo en Argentina, y la provincia de Salta no ha sido ajena a esta
transformación. Sin embargo, un análisis detallado de documentos de políticas
públicas sobre la diversidad sexo afectiva en Salta, en particular el
"Reglamento Mesa de Diversidad" (2013) y el "Resumen del Plan de
Igualdad de la Secretaría de Genero” (2025), revela una relativa falta de
presencia específica de los varones gays como actores y foco de atención en
comparación con otros grupos dentro de la diversidad sexual y de género. Si
bien están incluidos dentro de las categorías generales de "Comunidad
LGBTIQ+" o "Colectivo LGTBIQ+", sus necesidades y experiencias
particulares no parecen recibir el mismo nivel de diferenciación y
especificidad que se observa, por ejemplo, en la atención dedicada a mujeres y
personas trans. Esta observación no busca invalidar la importancia de los
esfuerzos realizados, sino más bien señalar una posible área de mejora para
lograr una representación más equitativa y efectiva en los planes de
intervención.
En el "Reglamento
de la Mesa de Diversidad", la estructura y las funciones se centran en la
promoción de la diversidad, la lucha contra la discriminación y el desarrollo
de políticas públicas para el colectivo LGBTIQ+ en su conjunto. Si bien temas
como la prevención del VIH-SIDA e ITS son cruciales para los varones gays, se
abordan desde una perspectiva general, sin explorar las particularidades que
podrían influir en sus experiencias y necesidades específicas. La composición
de la Mesa, aunque diversa, no explicita la presencia de organizaciones con un
enfoque primordial en las problemáticas propias de los varones gays. De manera
similar, las comisiones de trabajo, aunque temáticas amplias y relevantes,
carecen de líneas de acción detalladas que se dirijan de manera particular a
las vivencias singulares de este subgrupo.
El "Resumen del
Plan de Igualdad de la Secretaría de Género" presenta un enfoque principal
en "mujeres y personas LGBTIQ+". Si bien reconoce la violencia y la
discriminación por razones de género como problemáticas que afectan a los varones
gays, la mención específica de las violencias extremas se centra en femicidios,
transfemicidios y travesticidios, lo que podría interpretarse como una
priorización en la visibilización de las experiencias de violencia que afectan
de manera desproporcionada a mujeres y personas trans. Las estrategias y líneas
de acción son, en su mayoría, generales y buscan transversalizar la perspectiva
de género en diversos ámbitos. Aunque los varones gays indudablemente se
beneficiarían de estas acciones, sus necesidades diferenciadas no son
destacadas de manera explícita.
Esta relativa ausencia
contrasta notablemente con el "Plan de ciudadanía LGBTIQ+" de la
FALGBT (Federación Argentina LGBT). Este plan dedica una sección específica a
"Varones gays y bisexuales", reconociendo las históricas prácticas discriminatorias,
el estigma y los efectos en su salud, incluyendo una mayor exposición al
VIH-SIDA. Lo más significativo es que propone acciones concretas dirigidas a
esta población, como programas de acceso a la adopción, servicios de
asesoramiento para la inclusión de niños adoptados, programas de inclusión
laboral y prevención de la discriminación, creación de hogares LGBT y campañas
específicas de prevención del VIH/SIDA e ITS. Esta diferenciación subraya la
importancia de reconocer que, si bien los varones gays comparten muchas
experiencias con el resto del colectivo LGBT+, también enfrentan desafíos y
necesidades particulares que requieren atención específica.
Investigaciones en el
campo de los estudios de género y sexualidad han señalado en ocasiones una
tendencia a centrar la atención en las experiencias de las mujeres lesbianas y
las personas trans, quienes históricamente han enfrentado formas de opresión particularmente
violentas y sistemáticas. Esta priorización, aunque comprensible dada la
urgencia de abordar estas problemáticas, a veces puede llevar a que las
necesidades específicas de los varones gays queden relativamente menos
exploradas o visibilizadas en los planes de intervención.
Además, la propia
dinámica interna de los movimientos LGBT+ puede influir en la priorización de
ciertas agendas. En algunos contextos, la lucha por el matrimonio igualitario,
un logro que históricamente benefició de manera más visible a las parejas del mismo
sexo masculinas, pudo haber generado la percepción de que las necesidades de
los varones gays ya estaban siendo atendidas en mayor medida, aunque esto no
necesariamente se traduzca en una atención específica a otras áreas cruciales
como la salud mental, la lucha contra la homofobia internalizada o las formas
particulares de discriminación que enfrentan en ámbitos como el laboral o
familiar.
Existe una relativa
falta de presencia específica de los varones gays como actores y foco de
atención en comparación con otros grupos. Reconocer esta realidad y adoptar un
enfoque más diferenciado y específico, basado en un diagnóstico riguroso y la
participación activa de los propios varones gays, es fundamental para lograr
una representación más equitativa y para garantizar que las políticas públicas
y los planes de intervención respondan de manera efectiva a las diversas
necesidades de toda la comunidad LGBT+ en la provincia. Al hacerlo, se
fortalecerá el tejido social y se avanzará hacia una sociedad más justa e
inclusiva para todas las personas, independientemente de su orientación sexual
o identidad de género.
Para lograr una
representación más equitativa de los varones gays en futuros planes de
intervención en Salta, se propone realizar diagnósticos específicos sobre sus
necesidades, fomentar su participación en la formulación de políticas a través
de espacios dedicados, desarrollar programas y políticas dirigidas a sus
problemáticas particulares, adoptar una perspectiva interseccional que
considere la diversidad dentro de la comunidad gay, inspirarse en modelos
existentes como el plan de la FALGBT, y promover la investigación académica
sobre sus experiencias en el contexto local.
Varones Gays en la sombra: la
paradoja de la representatividad en una Mesa Diversa
Entre 2013 y 2017, la Mesa de la Diversidad de Salta, con la activa participación de organizaciones como la Asociación Dr. Miguel Ragone, se erigió como un espacio crucial para la promoción de los derechos de la comunidad LGBTIQ+, logrando avances significativos en
(En construcción)
Acciones estratégicas
Tejiendo Derechos en la Intersección
Salteña: la "Red Civil de Ambiente, Diversidad y Derechos Humanos de Salta"
En el contexto de
Salta, donde la riqueza de su diversidad cultural y natural se entrelaza, presentamos
una propuesta innovadora y necesaria: la "Red Civil de Ambiente,
Diversidad y Derechos Humanos de Salta" (la ReCADyDD). La red se enmarca
en un Plan que reconoce una verdad fundamental: las luchas por la justicia
social y la sostenibilidad ambiental no son caminos separados, sino senderos
interconectados que se fortalecen mutuamente. Para las personas LGBT+, las
vulnerabilidades ambientales a menudo exacerban las desigualdades
preexistentes, mientras que sus propias experiencias y saberes pueden
enriquecer la defensa del territorio y la construcción de un futuro más verde.
Esta propuesta de intervención busca precisamente crear un espacio de
articulación entre organizaciones LGBT, ambientales y de derechos humanos, con
la visión de impulsar políticas públicas integrales que aborden estas complejas
realidades. A través de ejes de trabajo que van desde la investigación
participativa hasta la creación de espacios públicos inclusivos y sostenibles,
esta red aspira a fortalecer la participación de la comunidad LGBT+ en la
protección del ambiente, promover políticas públicas que reconozcan sus
derechos en este ámbito y visibilizar sus valiosas contribuciones a la
construcción de una sociedad más justa y ecológicamente responsable en Salta.
Objetivo General
Crear una Red que
articule organizaciones LGBT, ambientales y de derechos humanos para promover
políticas públicas integrales que reconozcan la interdependencia entre
diversidad sexual, justicia ambiental y derechos humanos en la provincia de
Salta.
La construcción de una
Red de Derechos Humanos, Ambientales y Ciudadanía Sexo-Afectiva en Salta
representa una oportunidad para avanzar hacia políticas públicas más inclusivas
y sostenibles. Al integrar las luchas por la diversidad sexual con la defensa del
ambiente, esta iniciativa no solo amplía el alcance del Plan de Ciudadanía LGBT
de la FALGBT, sino que también responde a los desafíos socioambientales del
siglo XXI desde una perspectiva interseccional y decolonial.
Ejes de Trabajo
- Investigación y Diagnóstico Participativo
- Realizar mapeos de vulnerabilidades
ambientales que afectan al colectivo LGBT (ej. acceso a agua, vivienda,
salud en zonas rurales).
- Identificar prácticas culturales LGBT que
promuevan el cuidado ambiental (ej. agricultura urbana, reciclaje
comunitario).
- Formación y Sensibilización
- Talleres sobre ecología queer,
que exploren las conexiones entre diversidad sexual y justicia ambiental.
- Capacitaciones para funcionarios
municipales en políticas públicas interseccionales (LGBT
+ ambiente).
- Espacios Públicos Inclusivos y Sostenibles
- Crear plazas y parques LGBT con
infraestructura ecológica (ej. huertas comunitarias, sistemas de
recolección de agua).
- Promover centros culturales LGBT que
funcionen con energías renovables y prácticas sostenibles.
- Políticas Públicas Integradas
- Impulsar ordenanzas municipales que
reconozcan el derecho a un ambiente sano para personas LGBT,
especialmente en contextos de marginalidad.
- Crear programas de empleo verde para
personas trans y no binarias en áreas como agroecología y turismo
sostenible.
- Articulación con Movimientos
Socioambientales
- Establecer alianzas con organizaciones
indígenas y ambientales para defender territorios amenazados por
extractivismo, reconociendo las identidades LGBT dentro de estas
comunidades.
- Participar en campañas contra el cambio
climático con una perspectiva de diversidad sexual.
- Cultura y Comunicación
- Producir materiales audiovisuales que
visibilicen las luchas LGBT y ambientales en Salta.
- Organizar festivales culturales que
integren arte, diversidad sexual y sostenibilidad.
Estructura de la Red
- Núcleos Locales: Grupos de trabajo en municipios clave de
Salta, integrados por organizaciones LGBT, ambientales y de derechos
humanos.
- Consejo Consultivo: Espacio de diálogo entre actores
sociales, académicos y estatales para diseñar y monitorear políticas.
- Observatorio de Derechos: Plataforma digital que documenta
violaciones a derechos humanos, ambientales y sexo-afectivos en la
provincia.
Impacto Esperado
- Fortalecer la participación de personas
LGBT en la defensa del ambiente.
- Promover políticas públicas que integren
diversidad sexual y justicia ambiental.
- Visibilizar las contribuciones del
colectivo LGBT a la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.
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